Conviene mirar más allá

Sin mejoras en conectividad, eficiencia y facilitación del comercio, los laureles exportadores podrían marchitarse

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Peruanos en el extranjero extrañan
Peruanos en el extranjero extrañan productos nacionales e impulsan la exportación 'nostálgica'. (Foto: Agencia Andina)

Un buen resultado puede esconder realidades y deficiencias. Hacia el mes de septiembre, nuestras exportaciones han alcanzado niveles récord. Con un valor de US$ 62,865 millones, vienen creciendo a más de 17%. Es, sin duda, motivo de celebración y de valoración de la política comercial de apertura e integración con el mundo que el país mantiene desde hace más de treinta años. No obstante, conviene mirar más allá de lo evidente, más allá de los valores, puesto que los volúmenes exportados no muestran el mismo dinamismo.

En minería, los envíos de cobre crecieron un 17% en valor, pero solo un 5.6% en volumen; mientras que los de oro aumentaron un 36% en valor, aunque cayeron un 2.4% en volumen. Nos beneficiaron los altos precios. Tan es así que, recientemente, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) elevó la proyección de exportaciones para el cierre del año. Se tenía previsto un valor de US$ 83,000 millones, pero ahora se estima alcanzar los US$ 85,000 millones.

Conviene recordar que las exportaciones mineras representan el 65% del total, y que solo dos productos —minerales de cobre y sus concentrados, y oro— explican el 75% de los envíos del sector. En conjunto, concentran casi el 50% de nuestras exportaciones totales. Si los precios se ajustan, el impacto en el desempeño exportador sería inmediato. En octubre, por ejemplo, el oro alcanzó un récord histórico, por encima de los US$ 4,380 la onza. Si bien en lo que va del año ha crecido más del 50%, en los últimos días se cotiza un 5% por debajo del récord alcanzado.

Con el agro sucede algo parecido. Los volúmenes exportados de paltas y arándanos crecen con fuerza (35% y 45.5%, respectivamente), pero sus precios relativos de exportación caen (-20% y -17.7%). Las exportaciones de uvas y mangos atraviesan un contexto similar. El valor de las exportaciones de uva creció un 37.6%, pero su precio relativo cayó un 22%. El valor de las exportaciones de mangos aumentó un 25.4%, aunque su precio relativo retrocedió un 55.1%. Por otro lado, las exportaciones de café crecieron un 30.5% en valor, y su precio relativo de exportación aumentó un 63.2%.

Al escenario anterior se suma una brecha logística calculada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), de S/ 92,000 millones en infraestructura, servicios y procesos. El desarrollo del antepuerto del Callao, por ejemplo, se encuentra entrampado por falta de decisión política, al menos hasta el próximo año, pese a ser una infraestructura impulsada desde hace más de una década. Dicha obra, que tendría capacidad para 729 camiones, busca descongestionar el ingreso de vehículos de carga al terminal portuario. El truck center de Ancón, la vía Evitamiento Chancay–Chancayllo, el par vial Serpentín Pasamayo–Variante Pasamayo, entre otros, siguen pendientes.

Sin mejoras en conectividad, eficiencia y facilitación del comercio, los laureles exportadores podrían marchitarse. No es saludable depender de los altos precios. Esa película ya la vimos en la segunda mitad de la década del 2000 y, por regocijarnos con los resultados, olvidamos acelerar la agenda pendiente en materia de competitividad logística y mejora de procesos.