Laura Pausini protagonizó un momento inusual y profundamente simbólico en El Vaticano al compartir un encuentro con el Papa León XIV, en el marco de la entrega del Premio Icono Global de Mujeres en la Música de Billboard.
La artista italiana, visiblemente conmovida, le dedicó al Pontífice una interpretación de “Fratello sole, Sorella luna” (Hermano sol, hermana luna) , una composición inspirada en el Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís.
La ceremonia reunió a figuras de distintos ámbitos, entre ellas Naomi Campbell, y marcó un cruce histórico entre la fe y la música popular. En redes sociales, Pausini definió la experiencia como “un día surrealista y extraordinario” que quedará grabado en su vida.
Un encuentro íntimo entre arte y espiritualidad

La basílica vaticana fue escenario de un acontecimiento singular: Laura Pausini, una de las voces italianas más influyentes de las últimas décadas, se presentó ante el Papa León XIV durante una ceremonia que combinó el lenguaje de la música con el de la fe. La intérprete fue galardonada con el Premio Icono Global de Mujeres en la Música de Billboard, reconocimiento que el propio Pontífice entregó en persona.
El encuentro fue descrito por testigos como sereno y profundamente humano. León XIV, conocido por su sensibilidad hacia la cultura contemporánea, saludó afectuosamente a Pausini y compartió unas palabras sobre el poder universal de la música como lenguaje de fraternidad. El gesto, poco habitual en un contexto eclesiástico, simbolizó un puente entre el arte y la espiritualidad moderna.
La cantante, visiblemente emocionada, agradeció la oportunidad de recibir el galardón “de manos de un hombre que inspira paz y humildad”. Su presencia en El Vaticano no solo fue un acto de reconocimiento artístico, sino también un homenaje a las raíces espirituales que marcaron su infancia en Italia.
Una canción con alma franciscana

Durante la ceremonia, Laura Pausini sorprendió al dedicarle al Papa la canción “Fratello sole, Sorella luna” (Hermano sol, hermana luna), tema que conoció desde niña y que marcó su formación musical. La pieza, compuesta en 1972 e inspirada en los textos de San Francisco de Asís, expresa una profunda conexión con la naturaleza y la fraternidad humana.
La artista explicó que eligió esa melodía por su simbolismo espiritual y por coincidir con un anuncio significativo: a partir del próximo año, el día de San Francisco de Asís será declarado fiesta nacional en Italia. El gesto fue recibido con un prolongado aplauso entre los asistentes, que reconocieron la carga emocional de la interpretación.
Pausini, en su publicación posterior, escribió que había querido regalarle al Papa “una canción que representa la luz, la humildad y la alegría de la fe sencilla”. Añadió que cantar en presencia del Pontífice fue un acto “de agradecimiento y respeto hacia la música que me formó”.
El momento fue descrito por la prensa italiana como uno de los instantes más emotivos de la ceremonia. La voz de Pausini, acompañada por un pequeño conjunto instrumental, llenó la sala con un tono de recogimiento. Al final de la interpretación, León XIV aplaudió visiblemente conmovido y expresó su aprecio por la obra del artista que, según dijo, “lleva esperanza en cada palabra”.
El Papa León XIV y su vínculo con la música

Desde su elección, León XIV ha mostrado un interés notable por el arte y la cultura popular, lo que lo ha llevado a dialogar con artistas de distintos géneros. Su encuentro con Pausini y otras figuras internacionales como Naomi Campbell reflejó su convicción de que la música puede tender puentes entre comunidades.
Durante la audiencia, el Pontífice destacó la importancia del mensaje positivo en la creación artística. “La música es una forma de oración cuando nace del corazón y busca el bien común”, señaló, de acuerdo con medios italianos presentes en la ceremonia. Su tono cercano y reflexivo generó empatía entre los invitados.
La reunión no solo tuvo un carácter protocolar. En los pasillos del Vaticano se comentó que León XIV conocía parte del repertorio de Pausini y apreciaba su trayectoria como una voz coherente con valores humanos. La propia cantante confirmó, entre sonrisas, que el Papa le confesó ser admirador de algunas de sus canciones emblemáticas.
El diálogo entre ambos fue breve, pero cálido. La artista le agradeció por su ejemplo y por mantener viva la idea de una Iglesia más abierta al arte contemporáneo. La conversación derivó en reflexiones sobre la música como herramienta de unión y sanación espiritual, un tema recurrente en la agenda del Pontífice.



