
La remodelación del estadio Miguel Grau de Piura, presentado como uno de los recintos deportivos más avanzados del país, enfrenta paralizaciones y retrasos que preocupan a los ciudadanos. La obra, promovida como un legado de la gestión del gobernador Luis Neyra, suma más de S/ 200 millones en inversión y fue diseñada para cumplir con los estándares de la FIFA y Conmebol, incluyendo tribunas techadas, césped tipo bermuda, camerinos, sala de prensa, sistema VAR y capacidad para 20 mil 200 espectadores.
Según el seguimiento del portal Norte Sostenible y los registros de Invierte.pe, la obra apenas ha alcanzado un 1,58% de avance físico, lo que representa un retraso de más del 10% respecto al cronograma. Vecinos del distrito de Castilla han reportado que no hay maquinaria ni trabajadores en el estadio y advierten que la paralización genera incertidumbre sobre la fecha de entrega del proyecto.
Observaciones técnicas y estudio de suelos
El informe de supervisión, firmado por Abraham Cabrera Navidad y al que accedió Norte Sostenible, señala que el expediente técnico presenta fallas que deben corregirse mediante un pronunciamiento formal del proyectista y su modificación contractual. La supervisión advierte que continuar la obra sin ajustes compromete la estabilidad de las estructuras existentes y proyectadas.

Entre las recomendaciones se incluye la elaboración de un Estudio de Mecánica de Suelos complementario, acorde a la Norma Técnica E.050, que permita obtener parámetros de diseño confiables. Además, se solicita el rediseño de las cimentaciones afectadas, con memoria de cálculo y planos modificados sustentados en el nuevo estudio. La supervisora también sugiere una suspensión parcial del plazo de ejecución contractual para proteger la inversión pública y la seguridad de la obra.
Contratistas sin experiencia en estadios
La remodelación está a cargo del Consorcio EPiura, conformado por TECA Ingeniería S.A.S. Sucursal del Perú y R & G Contratistas SCRL. La empresa colombiana TECA, con un 60% de participación, inició operaciones en Perú en marzo del año pasado y ejecutará su primer proyecto de esta magnitud en el país. Sus accionistas son Juan Carlos Delgado Castro y Carolina Patiño Patiño.
Por su parte, R & G Contratistas, con sede en Lima, tiene experiencia en colegios, pistas y veredas, pero no en estadios. Sus accionistas son Ramón Izaguirre Uribe y Elder Izaguirre Huamán, y mantiene una deuda coactiva con la SUNAT cercana a S/ 100 000. Según el Organismo Especializado para las Contrataciones Eficientes del Estado, la combinación de ambas empresas enfrenta el desafío de cumplir con un proyecto complejo que requiere estándares internacionales.
Retrasos y plazos de entrega
El cronograma original estimaba la finalización de la obra en septiembre del próximo año, pero las ampliaciones de plazo y deficiencias en la entrega de ingeniería han generado retrasos significativos. La primera ampliación, aprobada el 18 de septiembre, fue de siete días debido a falencias estructurales en la partida de estructura espacial y postes de sustentación. Posteriormente, la contratista solicitó una segunda ampliación de 68 días por demoras del Gobierno Regional en entregar la ingeniería de malla especial, la cual fue denegada.

Según el portal Invierte.pe, al 5 de noviembre la obra registra un avance físico de 1,58%, cuando debería alcanzar 11,61%. Los trabajos en ejecución corresponden a excavaciones, movimientos de tierra y desmonte, aunque vecinos advierten ausencia de maquinaria y personal, lo que evidencia la paralización del proyecto.
“El estadio más moderno del Perú”
El Gobierno Regional de Piura ha promocionado la obra como “uno de los estadios más modernos del Perú”, resaltando su capacidad para albergar partidos de la Copa Sudamericana, Copa Libertadores, Copa América y el campeonato nacional. El diseño contempla tribunas techadas, 20 200 butacas, pozo exclusivo de agua, césped tipo bermuda y sistema VAR, cumpliendo los estándares de FIFA y Conmebol.

Sin embargo, según Norte Sostenible, la obra enfrenta deficiencias técnicas, retrasos y problemas contractuales que ponen en duda que el estadio cumpla con todas las condiciones prometidas. Además, la eliminación de la pista atlética fue cuestionada por deportistas locales, mientras que la adjudicación del proyecto generó controversia por la participación de empresas sin experiencia comprobada en estadios y de jóvenes postoras que no fueron elegidas.



