
En medio del debate público sobre el deterioro del Seguro Social de Salud, una denuncia difundida en redes mostró con crudeza la distancia entre la demanda ciudadana y la capacidad de respuesta institucional. La publicación partió de una joven que contó el caso de su padre, un paciente que esperó durante meses una cita especializada que nunca llegó a tiempo. Según relató, la familia recibió recientemente un mensaje oficial con la asignación de una atención programada para el 29 de diciembre en el Hospital Almanzor Aguinaga, en Chiclayo. El nombre del paciente, Abner Rivera Rodríguez, volvió a aparecer en los registros como si siguiera en lista.
La joven precisó que su padre murió hace casi cuatro meses en la misma área de emergencia de ese establecimiento, atendido por última vez por el servicio de Neumología. En su mensaje escribió: “El paciente, Rivera Rodríguez Abner, mi papá… falleció hace casi cuatro meses”. Y añadió que la notificación llegó “justamente del mismo [servicio] que hoy le envía una cita como si aún esperara ser atendido”.
También detalló que su padre vivió con fibrosis pulmonar, una enfermedad que exigía controles constantes. Contó que buscó una cita especializada durante meses sin éxito. Describió que él era un jubilado que aportó al Seguro Social durante toda su vida, con la expectativa de recibir una atención adecuada. En su publicación expresó: “Esperó durante meses una cita que nunca llegó a tiempo”.
La joven mostró su malestar al señalar que, mientras un registro mantiene activo a un paciente fallecido, otra persona con necesidad real sigue sin una oportunidad de atención. En su mensaje afirmó: “Hoy sentimos rabia e impotencia, porque mientras el sistema le asigna una cita a alguien que ya no está, hay otra persona viva que está esperando una oportunidad como la que mi papá necesitaba en vida”. También sostuvo que la situación revela fallas internas: “Todo por la mala gestión y descoordinación del hospital, que ni siquiera tiene un control actualizado de sus pacientes”. Finalmente, describió el caso como una muestra del abandono del sistema público de salud y escribió: “Ojalá que la historia de mi papá no se repita, y que este mensaje sirva para recordar que cada cita médica tardía puede significar una vida menos”.
El testimonio se volvió una referencia dentro del debate sobre los plazos excesivos, que afecta a miles de usuarios. La publicación se convirtió en un ejemplo más de la insatisfacción con un sistema que, según organizaciones civiles y empresariales, mantiene demoras prolongadas para atender necesidades médicas básicas y de especialidad.

Alertas sobre el desempeño del Seguro Social
En una conferencia reciente, el presidente de la Confiep, Jorge Zapata Ríos, advirtió que el Seguro Social enfrenta un problema estructural que impide una atención oportuna. Indicó que el retraso en la entrega de citas ya se convirtió en una constante. Informó lo siguiente: “Hay atenciones que demoran 105 días, y actualmente 42 mil pacientes están en espera de atención”. Su observación apuntó, entre otros casos, al tiempo requerido para obtener una cita en endocrinología y a la lista de espera para operaciones.
Zapata Ríos solicitó al presidente José Jerí que priorice el sector. Dijo: “Así como visita cárceles y comisarías, le pedimos que haga lo mismo con los hospitales de EsSalud. No podemos seguir esperando. EsSalud tiene que mejorar y tiene que hacerlo ahora”. Su pedido buscó que el Ejecutivo tome medidas concretas ante un sistema que, según indicó, perdió capacidad de respuesta.
Otra voz crítica provino de Indyra Oropeza, presidenta del colectivo ‘Con L de Leucemia’. Ella remarcó que la institución atravesó múltiples cambios en su presidencia ejecutiva durante el Gobierno de Dina Boluarte, lo que impidió una continuidad mínima en la conducción. Sostuvo: “Ninguna entidad sobrevive a esa rotación. Ninguna gestión puede consolidarse con ese nivel de inestabilidad”.
Oropeza indicó que la falta de respuesta empuja a numerosos trabajadores a buscar alternativas fuera del marco formal. Explicó que muchos usuarios solicitan salir de planilla para acceder al Seguro Integral de Salud, ya que el Seguro Social no cubre diagnósticos de alto costo, como cáncer. Afirmó: “Si un paciente debe elegir entre trabajar de manera formal y salvar su vida, es porque el sistema fracasó”.

Tanto la Confiep como diversos colectivos mostraron preocupación por el impacto de las demoras en programas esenciales, entre ellos PADOMI, dirigido a adultos mayores, y Farmacia Vecina, que permite el acceso a medicinas. La continuidad de estos servicios quedó en duda por la falta de gestión y coordinación interna.



