La Fiscalía de Prevención del Delito detectó la presencia de sustancias peligrosas en frutas y verduras comercializadas en el supermercado Wong del distrito de San Borja, en la ciudad de Lima, durante una diligencia a fin de prevenir delitos contra la salud pública en la venta de productos alimenticios.
Para la verificación, la fiscal adjunta Beatriz Martínez Peralta supervisó la recolección de muestras de fresas, manzanas, papayas, ají amarillo, tomates y cebolla china, las cuales fueron remitidas a un laboratorio. Las muestras analizadas revelaron irregularidades en tres productos vegetales.
El laboratorio confirmó que el ají amarillo se encontraba contaminado con carbofuran, un plaguicida clasificado como altamente peligroso por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y vetado en virtud de las directrices del Convenio de Rotterdam. Además, la papaya y la cebolla china exhibieron residuos de agroquímicos en niveles superiores al máximo autorizado por la normativa peruana.

El hallazgo motivó a que la Fiscalía de Prevención del Delito enviara el caso a la fiscalía corporativa penal de turno, instando a que se inicien las acciones legales pertinentes por la posible comisión de delitos contra la salud pública.
En la operación participaron inspectores de la Municipalidad Distrital de San Borja y especialistas del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), organismo adscrito al Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri). Estas entidades colaboraron en la toma de muestras y el levantamiento de la información técnica, conforme a los procedimientos nacionales.
Durante la inspección, se evaluó el cumplimiento de normativas sanitarias y la trazabilidad de los productos, elementos clave para asegurar la inocuidad alimentaria. El análisis apuntó a determinar la posible exposición del público consumidor a residuos tóxicos y promueve la vigilancia permanente sobre la cadena de distribución de alimentos frescos.
Las autoridades recordaron que la venta de productos agrícolas contaminados con sustancias prohibidas constituye un delito sancionado por la legislación y puede implicar penas privativas de la libertad, además de multas a los responsables comerciales. Por el momento, los productos afectados han sido inmovilizados para evitar su consumo, mientras avanzan las investigaciones fiscales y los procedimientos administrativos.

¿Qué es el carbofuran y por qué representa un riesgo para la salud?
El carbofuran es un compuesto químico utilizado como plaguicida de acción sistémica, principalmente en la agricultura para controlar insectos y nematodos en cultivos como maíz, papa, arroz y hortalizas. Pertenece a la familia de los carbamatos y se caracteriza por su modo de acción, que consiste en interferir con el sistema nervioso de los insectos plaga.
El riesgo radica en su alta toxicidad para humanos y animales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo clasifica como un plaguicida extremadamente peligroso. Basta una pequeña exposición para producir síntomas de intoxicación. Su mecanismo interfiere con la enzima acetilcolinesterasa, indispensable para el funcionamiento normal de los nervios, lo que puede resultar en alteraciones musculares, dificultades respiratorias, taquicardia, convulsiones y, en exposiciones graves, provocar la muerte.
La exposición aguda puede ocurrir por ingestión, inhalación o contacto con la piel. El consumo de alimentos contaminados con carbofuran constituye un peligro sanitario, sobre todo para grupos vulnerables como niños, mujeres embarazadas o personas con enfermedades preexistentes.
Debido a estos riesgos, la OMS y el Convenio de Rotterdam recomiendan restringir o prohibir el uso de carbofuran en la agricultura. Muchos países han retirado su registro e intensificaron la vigilancia sobre residuos de este compuesto en alimentos.



