La reciente celebración del cumpleaños de Verónica Alcalá, madre de Alejandra Baigorria, se convirtió en el centro de una nueva polémica familiar. El almuerzo, realizado en un restaurante de Lima a finales de octubre, reunió a Alejandra, su hermano Sergio Baigorria y el esposo de la empresaria, Said Palao, pero dejó fuera a Thamara Medina, la media hermana menor de ambos.
La ausencia de Thamara, quien semanas antes había hecho públicas sus denuncias sobre una infancia marcada por la violencia y la desprotección, no pasó desapercibida en redes sociales ni en los medios, profundizando la fractura en el seno de la familia Baigorria-Alcalá. Las imágenes del encuentro, compartidas por Alejandra Baigorria en sus redes sociales, mostraron a la familia celebrando con sonrisas y gestos de afecto hacia Verónica Alcalá.
La reunión fue íntima y emotiva, con la presencia de la abuela materna y Said Palao, en un ambiente que buscó transmitir unidad y respaldo a la matriarca. Sin embargo, la exclusión de Thamara Medina generó interrogantes y comentarios entre los seguidores de la familia y la opinión pública, especialmente tras sus recientes declaraciones sobre el entorno familiar.
El conflicto familiar que vivió Thamara Medina en su infancia
El trasfondo de este distanciamiento se remonta a un episodio ocurrido en abril de 2025, durante la boda de Alejandra Baigorria y Said Palao. En esa ocasión, Thamara Medina agredió físicamente a su madre frente a los invitados, un incidente que fue ampliamente difundido por los medios y que marcó el inicio de la exposición pública del conflicto familiar.
Aunque Thamara ofreció disculpas públicas semanas después, la relación con su madre y sus hermanos no logró recomponerse, y la joven no fue invitada a la reciente celebración. A finales de octubre, Thamara Medina reapareció públicamente con un video en el que relató, por primera vez con detalle, la dura infancia que asegura haber vivido al lado de su madre.
En su testimonio, Thamara narró episodios de violencia, gritos e indiferencia que marcaron su niñez. “Hoy quiero contar una historia. La historia de una niña que creció rodeada de violencia, gritos y silencios, en una casa donde el miedo era más constante que el amor”, expresó la joven de 23 años.
En su relato, Thamara Medina explicó que su intención no era señalar culpables, sino liberarse del peso del silencio que cargó por años. Describió un entorno donde los gestos de cariño eran escasos y, en ocasiones, asociados al consumo de alcohol por parte de su madre, lo que derivaba en agresiones físicas y verbales. “Aprendí que el amor podía doler y que el silencio era una forma de protección. Me decían que exageraba, que la violencia no era tan grave. Aprendí a callar, a disimular el dolor, a sonreír aunque por dentro todo se apagara”, relató en su carta.
La joven también hizo referencia al incidente en la boda de Alejandra Baigorria, señalando que ese fue el punto de quiebre que la llevó a hablar públicamente sobre su historia. “No busco venganza, no quiero hacer daño, solo decir que hay infancias que duelen y madres que hieren”, afirmó. Su testimonio, según explicó, no pretendía generar polémica, sino invitar a reflexionar sobre las heridas invisibles que muchos cargan desde la niñez. “Hablar no es traicionar, es sanar”, concluyó esa parte de su carta.
La periodista Magaly Medina opinó que, aunque la violencia nunca se justifica, el dolor expresado por Thamara despierta empatía y refleja la complejidad de las relaciones familiares marcadas por el sufrimiento. “Ella habla de gritos, de golpes, de insultos, de una infancia transcurrida en un ambiente nada pacífico”, comentó la periodista, quien recomendó a Thamara buscar ayuda terapéutica para sanar las heridas del pasado.
Reacciones de Alejandra y su hermano Sergio Baigorria
Por su parte, Alejandra Baigorria optó por mantener un perfil bajo respecto a la polémica, pero reconoció el impacto emocional que le causó la carta de su hermana. “Puede ser por muchas cosas, pero cualquier cosa que pase en mi familia me afecta. Son cosas que deben resolverse en casa. Trato de proteger a mis hermanos más pequeños y mantener la unión familiar, pero sin permitir que eso afecte mi propia familia”, expresó la empresaria, quien pidió respeto y privacidad para los asuntos familiares.
En redes sociales, Alejandra Baigorria compartió mensajes que aludían indirectamente a la situación con Thamara. Frases como “No todos los días son buenos. Hay días que amaneces con el corazón arrugadito, pero se tiene que continuar” y “Así como Cristo te perdonó, aprende tú también a perdonar. Sanar no es venganza, es paz” fueron interpretadas como una invitación a la reconciliación, aunque también como una forma de marcar distancia.
Sergio Baigorria, hermano de Alejandra y Thamara, también se pronunció públicamente tras la difusión del testimonio de su hermana menor. En un comunicado difundido en redes sociales, Sergio defendió a su madre y pidió al público no juzgar sin conocer toda la historia. “Yo estuve ahí y vi todo lo que mi mamá vivió. Sus exparejas la humillaron, la maltrataron y la abandonaron económicamente. Aun así, nunca se rindió. Mantuvo a toda su familia y los sacó adelante cuando otros simplemente desaparecieron”, afirmó el joven empresario.
También dirigió además un mensaje a Thamara Medina, recordándole que su padre también formó parte de la historia familiar y que su madre enfrentó las dificultades sola. En su mensaje, pidió no sacar conclusiones sin conocer el contexto completo y destacó el esfuerzo de su madre para sostener a la familia pese a las adversidades.



