Mientras algunos la respaldaron, otros la acusaron de victimizarse. La actriz decidió enfrentar la controversia desde un live en TikTok, donde habló con franqueza sobre su trabajo, las críticas y el sentido de su película.
Entre pausas y reflexiones, Eslava expresó su desconcierto por la intensidad de las reacciones y defendió su mensaje sobre la autenticidad frente a las apariencias idealizadas del mundo digital.
La polémica detrás de un pedido sincero

La tormenta comenzó con un video en el que Yiddá Eslava invitaba a su público a ver La habitación negra, su nueva película, escrita y producida por ella misma. En las imágenes se la veía emocionada, pidiendo apoyo con un tono que muchos interpretaron como desesperado.
En pocas horas, el fragmento fue replicado por programas de espectáculos, pódcast y cuentas de entretenimiento, que subrayaron sus frases sobre las dificultades que atravesaba. Algunos titulares destacaban su pedido de “un milagro” para que su filme no pasara desapercibido.
La viralización provocó una ola de comentarios, algunos de ellos cargados de burla o juicio, otros más empáticos hacia la artista. El contraste fue inmediato: mientras parte del público entendía su emoción como una muestra de vulnerabilidad, otros la consideraban una estrategia para generar atención mediática.
En medio de ese ruido digital, Yiddá decidió pronunciarse. Lo hizo con su propio estilo: directa, emocional y sin filtro. “¿Qué hice yo de mal para recibir tantas críticas?”, expresó mirando a cámara, con un tono más reflexivo que indignado.
“No me victimicé, solo conté la verdad”

Durante su transmisión en vivo, la actriz se mostró tranquila, aunque firme. Dijo sentirse confundida por la reacción que provocó un mensaje que, según ella, fue sincero y transparente. “Escribir una película, producirla y lanzarla no es fácil. Si quieres verla, la ves; si no, no la ves. El video que hice contándole a la gente es completamente válido”, explicó.
Eslava insistió en que su intención no fue generar lástima, sino compartir la verdad detrás de un proyecto en el que puso su esfuerzo y su vulnerabilidad. “No salgo llorando en mi video. Dije claramente que no me iba a victimizar. Solo quise mostrar lo que hay detrás de un trabajo independiente”, señaló.
Con una voz pausada, remarcó que el espíritu de su película está alineado con ese mensaje de autenticidad. “Hubiese sido muy fácil quedarme calladita, hacer creer que la vida es perfecta, pero eso va en contra de lo que pienso y de lo que dice la película: la vida está lejos de ser perfecta”, reflexionó.
La actriz apuntó también a la distorsión que generan las redes. “Las vidas perfectas que muestran muchos influencers no son reales. Y eso es lo que quiero decir con esta película”, añadió.
Una historia sobre la imperfección y la empatía

La habitación negra, el filme que provocó la conversación, aborda el tema de la salud emocional y los efectos del juicio social en tiempos de apariencias digitales. Eslava describió su obra como una herramienta para quienes sufren el peso del rechazo o los comentarios negativos en línea.
“Es una herramienta positiva para que las personas, especialmente adolescentes y quienes sufren mucho con los haters, puedan encontrar un soporte emocional”, dijo durante su transmisión.
Sus palabras encontraron eco entre quienes la siguen desde hace años, un público que conoce su carrera como actriz, escritora y productora independiente. Para ellos, su sinceridad no fue una pose, sino una muestra de coherencia con los mensajes que ha transmitido desde sus inicios: la necesidad de mostrar la realidad sin filtros.
Aun así, la polarización no se detuvo. Algunos usuarios consideraron que su explicación fue una defensa necesaria ante la distorsión mediática. Otros mantuvieron su escepticismo, insistiendo en que el tono del video original apelaba a la emoción más que a la promoción cinematográfica.
En medio de las interpretaciones, su nombre continuó en tendencia, y La habitación negra ganó visibilidad, aunque bajo un debate que ella misma no esperaba provocar.



