
Las relaciones entre Perú y México comenzaron a deteriorarse en diciembre de 2022, tras la destitución de Pedro Castillo y su detención por intentar disolver el Congreso. Pocas horas después del fallido golpe, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) expresó su respaldo al exmandatario peruano y calificó su salida como un acto de persecución política.
Tras la abrupta salida de Castillo, Dina Boluarte era quien debía asumir el poder por sucesión constitucional; sin embargo, se enfrentó a un descontento social que la acompañó hasta sus últimos días en el cargo. En un contexto convulsionado, la nueva presidenta también se encontró con el rechazo de países simpatizantes de Castillo, como México y Colombia.
Con México, las relaciones se tensaron hasta que, casi tres años después, llegaron a un punto de quiebre.

Declaraciones, vetos y ruptura definitiva
El primer impasse se produjo cuando México concedió asilo político a la familia de Pedro Castillo, un gesto interpretado por Lima como una injerencia directa en sus asuntos internos. La tensión escaló rápidamente y el Congreso peruano declaró persona no grata al embajador mexicano Pablo Monroy, quien abandonó el país en diciembre de ese mismo año.
En los meses siguientes, AMLO mantuvo un discurso constante de respaldo a Castillo y críticas a Boluarte. La presidenta respondió con firmeza a las declaraciones del mandatario mexicano, las calificó de inaceptables y exigió respeto a la soberanía peruana. Desde entonces, el tono de ambos gobiernos marcó una ruptura en el diálogo diplomático. En marzo de 2023, la mandataria peruana decidió retirar de manera definitiva al embajador del Perú en México, señalando que las expresiones del presidente mexicano vulneraban los principios de no injerencia y respeto mutuo.

Con el cambio de gobierno en el país azteca, las cosas no mejoraron. El enfriamiento diplomático se agravó en septiembre de 2024, cuando el Congreso peruano declaró persona no grata a Claudia Sheinbaum, entonces candidata presidencial de México, por haber defendido públicamente a Castillo y cuestionado al gobierno peruano.
Asilo de Betssy Chávez
El último episodio ocurrió en noviembre de 2025, cuando el gobierno mexicano otorgó asilo político a Betssy Chávez, ex primera ministra de Castillo, procesada por su participación en el intento de golpe de Estado del 7 de diciembre de 2022. Esta decisión llevó al canciller peruano Hugo de Zela a anunciar la ruptura total de las relaciones diplomáticas con México, marcando el punto más crítico de una serie de desencuentros que se prolongaron por casi tres años.
Aunque ambos gobiernos confirmaron que los servicios consulares continuarán operando, la comunicación política entre Lima y Ciudad de México ha quedado oficialmente suspendida.
¿Qué pasa si Perú no otorga el salvoconducto?
Aunque la mandataria mexicana ha intentado poner paños fríos a la situación con Perú y mantiene un tono más conciliador que su predecesor, el escenario bilateral podría agravarse aún más.
Para que Betssy Chávez pueda salir rumbo al país azteca, el Gobierno peruano debe otorgarle un salvoconducto, trámite que, hasta el momento, no se ha concretado y que, según explicó el canciller, todavía se encuentra en evaluación.
De no concederse este permiso, se abriría un nuevo foco de confrontación diplomática entre ambos países, reavivando las tensiones que ya marcaron el vínculo entre Lima y Ciudad de México en los últimos años.




