En Lima Sur, conductores continúan acatando el paro de transportistas, convocado para hoy, martes 4 de noviembre. En el paradero final de la empresa Etupsa, chóferes de la Línea 73 harán un recorrido. Primero se reunirán en el Hospital María Auxiliadora, en Villa María del Triunfo, para luego acudir al centro de Lima.
“Apoyando a las demás empresas que están siendo extorsionadas, incluso hay muertes. Ahorita (hay que) ser un solo puño. El estado no nos apoya, qué podemos hacer. Todas las empresas están siendo extorsionadas”, dijo uno de los conductores a Latina.
“Los usuarios nos apoyan. Ellos dicen, por un día que llegue tarde, pero ellos mismos saben cómo estamos como medios de transporte. Todos los días, yo manejo, una moto pasa por mi lado y estoy con temor si es o no un extorsionador. No se puede trabajar así”, añadió.
Sobre qué otras medidas podrían aplicarse para resguardar la seguridad de este servicio, comentó que “todavía no se ha tocado ese tema”; pero que ha visto que hay dos compañías que trabajan con miembros de la Policía Nacional del Perú (PNP). “Yo he visto que han vuelto a salir con un efectivo policial. No sé si será la solución, pero puede ser un disuasivo”, acotó.
Asimismo, comentó que uno de sus colegas que fue víctima de mensajes extorsivos se retiró. “Eso es lo que creen ahora, miedo, zozobra”, explicó.
“No sabemos si vamos a regresar. Yo salgo temprano, 4 de la mañana a trabajar, me encomiendo y yo no sé si voy a trabajar con vida en la noche. Gracias a dios no me pasa nada, pero salimos con ese miedo, con ese temor”, aclaró.

Paro de transportistas afecta Lima Norte
El paro de transportistas género complicaciones para los usuarios de transporte público en los distritos de Ancón, Ventanilla y Puente Piedra, en Lima Norte. La reducción drástica en la cantidad de vehículos en circulación provocó largas filas y esperas extensas en los paraderos. Quienes lograron encontrar vehículo pagaron tarifas que llegaron a triplicar el precio habitual, ante la necesidad de recurrir a colectivos y taxis.
En zonas como Ventanilla y Puente Nuevo, los pasajeros tuvieron que esperar hasta más de media hora por una unidad disponible. Algunos relataron que, pese a la espera, muchos vehículos llegaban llenos y era imposible abordarlos. La única línea regular que funcionó de manera continua fue Aero Directo de Ventanilla, aunque esto no solventó la demanda existente en el corredor norte de la ciudad.
Las empresas emblemáticas de transporte, como la Línea 50, suspendieron totalmente sus servicios. Las pocas que sí operaron acortaron sus rutas o impusieron restricciones. Muchas personas realizaron transbordos o caminaron largos tramos para llegar a su destino. En puntos críticos, la presencia policial se incrementó con el fin de mantener el orden y evitar incidentes.
Uno de los motivos señalados para convocar el paro fue la creciente inseguridad y los altos niveles de extorsión que sufren los transportistas. Representantes y usuarios manifestaron su preocupación por las denuncias de cobro de cupos y los ataques mortales que han cobrado numerosas vidas en Lima y Callao. Las amenazas no solo han afectado a conductores, sino también a los propios pasajeros, lo que explica la intensidad de la protesta.

Clases virtuales en Lima
La Dirección Regional de Educación de Lima Metropolitana (DRELM) anunció la madrugada del 4 de noviembre la suspensión de las clases presenciales en toda la capital, priorizando la educación virtual debido al paro de transportistas. Esta decisión se comunicó después de sostener que la jornada escolar seguiría de manera regular en las aulas, lo que generó confusión y malestar entre padres y alumnos que acudieron a los colegios sin conocer el nuevo comunicado.
Padres y estudiantes de instituciones públicas y privadas se vieron afectados por la incertidumbre y la falta de información oportuna. En varios colegios, el aviso oficial se conoció cuando muchos ya se encontraban en camino al plantel, situación que obligó a retornar a casa para participar en las actividades escolares por vía virtual. La molestia fue evidente en las declaraciones recogidas, señalando el impacto negativo de decisiones de última hora.



