El cierre de 2025 marcará para Perú un capítulo crucial en su trayectoria democrática con la realización de las Elecciones Primarias, que tendrán lugar el 30 de noviembre y el 7 de diciembre. Estos comicios internos definirán a los candidatos de los partidos y movimientos que competirán por la Presidencia, el Congreso y el Parlamento Andino en las Elecciones Generales de abril de 2026. El proceso, bajo la estricta regulación de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) y el Reniec, tiene como objetivo fortalecer la transparencia, la representatividad y la legitimidad política en el país.
Las elecciones primarias, conocidas como PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), han sido creadas para democratizar la selección de candidatos, estimular la competencia interna y mejorar la calidad de las listas finales. Aunque fueron aprobadas en 2019, la plena implementación de las primarias fue postergada por la pandemia y ajustes legales, por lo que 2025 será el primer año en que se apliquen con carácter nacional y obligatorio.
Reglas que se deben cumplir previo a las Elecciones primarias

El reglamento de la ONPE establece plazos y requisitos estrictos. Todas las candidaturas definitivas tendrán que ser comunicadas digitalmente antes del 7 de noviembre de 2025. Si alguna organización no cumple este plazo, quedará fuera del proceso. Solo podrán postular quienes estén afiliados a su partido hasta el 12 de julio de 2024 y figuren en el Registro de Organizaciones Políticas (ROP) del JNE. Además, las listas para el Congreso y el Parlamento Andino deberán cumplir con la paridad y alternancia de género: 50 % mujeres y 50 % hombres, integrados de manera intercalada.
Cada partido o movimiento puede elegir entre tres modalidades de primaria. La primera permite la participación de afiliados y ciudadanos no afiliados que se inscribieron previamente en el padrón interno. La segunda limita el voto solo a afiliados. La tercera, más cerrada, plantea la selección indirecta a través de delegados elegidos por los militantes, quienes definirán finalmente a los candidatos. Todos los partidos debieron comunicar a la ONPE la modalidad elegida y el número de delegados hasta el 1 de septiembre de 2025; la omisión significará la exclusión del proceso.
La organización de las primarias recae en el Órgano Electoral Central (OEC) de cada agrupación, con autonomía y autoridad para organizar el proceso interno, resolver controversias y validar el cumplimiento de los requisitos legales. Sus decisiones son vinculantes y los plazos resultan improrrogables.
Logística, voto y procedimiento

En la modalidad de votación directa, los locales serán habilitados en las capitales de provincia y, en Lima Metropolitana y el Callao, por distritos, según el padrón de electores. Para las primarias por delegados, el proceso se centralizará en las capitales regionales. Los miembros de mesa serán elegidos por el OEC entre el 28 y el 31 de octubre de 2025 y deberán presentarse a las 07:00 para la instalación, con la jornada extendiéndose hasta las 15:00. El escrutinio es público, con presencia de personeros acreditados.
El Documento Nacional de Identidad (DNI) será obligatorio para el voto. Tras la elección, la ONPE enviará los resultados al JNE y a los OEC respectivos. La publicación oficial se realizará en la plataforma institucional de la ONPE, dentro de la Plataforma Digital Única del Estado Peruano.
Elección de los candidatos

Las elecciones primarias permiten que los ciudadanos conozcan anticipadamente a los candidatos que participarán en las elecciones generales, algo que contrasta con el pasado, donde las listas se definían en negociaciones internas y muchas veces sin transparencia. Ahora, gran parte del proceso será abierto y público, lo que fortalece el escrutinio social y la capacidad de filtrar a candidatos con antecedentes cuestionables.
Además, las primarias funcionarán como un filtro contra la dispersión partidaria. Solo los partidos que superen el 1,5 % de los votos válidos en las primarias avanzarán a la elección general. Para alianzas electorales, la valla aumenta 0,5 % por cada partido adicional: una alianza de cuatro partidos necesitará al menos el 3 %. Con este filtro, se busca frenar el caudillismo y la proliferación de agrupaciones sin base real en la sociedad peruana.
Una novedad relevante es que los partidos pueden reservar hasta un 20 % de sus candidaturas al Congreso para designación interna, sin pasar por las primarias. Esta excepción permite cierto margen de maniobra política, aunque siempre bajo el respeto a la democracia interna y la paridad de género.
Perspectivas para 2025-2026

Experiencias en países como Uruguay y Argentina han demostrado que las PASO favorecen la transparencia, reducen la fragmentación de la oferta electoral e incentivan la convergencia entre partidos de afinidad ideológica. El modelo peruano busca replicar estos beneficios, incentivando alianzas y una campaña electoral más clara y ordenada.
El proceso riguroso asegura que para el Congreso, los escaños se asignen a los aspirantes más votados por cada distrito electoral. En el caso de la presidencia, si dentro de un mismo partido hay varios postulantes, solo el más votado será el candidato oficial a la jefatura del Estado en 2026.
Se estima que 39 partidos y movimientos inscribirán candidatos, pero tras las primarias el número debería reducirse, permitiendo una campaña general más concentrada, informada y legítima ante la ciudadanía. Analistas y autoridades electorales coinciden en que, si las primarias se desarrollan con transparencia y alta participación, el proceso contribuirá a “limpiar” el escenario político de postulaciones poco representativas y a fortalecer la legitimidad institucional.
Las Elecciones Primarias de 2025 se perfilan así como una prueba decisiva para la democracia peruana. Su correcta ejecución dependerá de la capacidad de la ONPE, el JNE y el RENIEC para garantizar igualdad, transparencia y respeto a la participación ciudadana. La implementación de este proceso representa una oportunidad inédita para renovar la política, abrir espacios a nuevas generaciones y recuperar la confianza en una democracia participativa.
El éxito de las primarias no solo definirá a los candidatos de 2026, sino que sentará las bases para la consolidación de un sistema político más estable, transparente y representativo, en respuesta a viejas demandas de la sociedad peruana.


