El pasado lunes, una extensa nube gris cubrió varias zonas de Paita y Sullana, en la región Piura, tras la más reciente jornada de quema de caña de azúcar. Según reportes locales, la contaminación ambiental intensificó el riesgo sanitario para miles de habitantes, agudizando problemas respiratorios y afecciones relacionadas con la inhalación de humo y partículas en suspensión.
Vecinos de los asentamientos humanos Santa Rosa y 31 de Enero relataron que el humo y la ceniza invadieron hogares, calles y espacios públicos, mientras la visibilidad en la región descendió marcada por un sol teñido de rojo por la densidad del aire contaminado. “Ya no se puede respirar, la ceniza entra a las casas y nadie responde”, expresó Alicia, madre de tres menores con asma, según testimonios recogidos por medios locales.
Las denuncias comunitarias apuntan a la empresa Agro Aurora SAC, ubicada en el distrito de Miguel Checa, que ha sido señalada como responsable de prácticas de quema continuada de broza. Organizaciones como el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) y el Ministerio Público han intervenido en ocasiones anteriores, aunque pobladores expresan un sentir común sobre la falta de sanciones eficaces y la prolongación de procesos administrativos.

Especialistas locales y residentes advierten que la exposición constante al humo eleva la concentración de partículas finas y gases de efecto invernadero, factores que afectan de forma especial a niños y adultos mayores. La situación documentada este mes se suma a múltiples episodios anteriores, el más reciente el 23 de octubre, de acuerdo con fuentes vecinales. Los habitantes reclaman acciones inmediatas de parte del Estado y las autoridades locales.
El OEFA ha iniciado una nueva investigación sobre los hechos registrados cerca de las 15:00 horas, que dejaron restos y olores irritantes en extensas áreas del valle del Chira. Las multas impuestas en el pasado han sido consideradas insuficientes frente al daño ambiental y social experimentado.
La contaminación del río Chira
Otro problema de contaminación que enfrenta la región es el caso del río Chira, que durante años abasteció a familias de la región. La presencia de residuos y descargas sin tratar ha deteriorado la calidad del agua, situación que genera preocupación entre los habitantes de Sullana, Marcavelica y Querecotillo. Muchos residentes, al notar cambios en el color y olor del agua que llega a sus viviendas, han perdido la confianza en el suministro, pues consideran que la exposición diaria a esta fuente pone en riesgo su salud.
El vertimiento continuo de aguas residuales domésticas e industriales ha transformado al Chira en un foco de riesgo sanitario. Las autoridades reconocen que gran parte del problema radica en la falta de plantas de tratamiento y en el ingreso directo de aguas sin procesar al cauce, lo que ha agravado la contaminación progresiva.
Esta problemática, que afecta a más de 300.000 personas en la zona, compromete el acceso a agua apta tanto para consumo humano como para riego agrícola. Durante los meses secos, la disminución del caudal intensifica la acumulación de contaminantes, ya que el flujo limitado impide la limpieza natural por arrastre, a diferencia de la temporada de lluvias, cuando se percibe una mejora temporal en la calidad del agua.



