
Un hallazgo reciente en los Andes centrales pone en relieve la riqueza botánica peruana y la importancia de las áreas arqueológicas como reservorios de biodiversidad única. Un equipo interdisciplinario identificó en la Zona Arqueológica Monumental de Garu, ubicada en el distrito de Choras, provincia de Yarowilca, región Huánuco, una subespecie inédita del género Polycarpon, grupo de plantas conocidas como “policarpos” o “hierba de muchas semillas”.
Este nuevo organismo ha sido denominado científicamente Polycarpon tetraphyllum subsp. peruvianum, y bautizado también como “Yaku Qura” por los expertos que participaron en el estudio.
La vegetación que habita el entorno del monumento arqueológico prospera a una altitud de 3.800 metros sobre el nivel del mar, en terrenos pedregosos dominados por pastizales de ichu. Además de su hallazgo en Huánuco, se han reportado registros en regiones de Apurímac y Áncash, ampliando la distribución geográfica de la especie.
Esta variante posee una notable resistencia al ambiente extremo, ya que es la única representante del género Polycarpon que logra germinar y desarrollarse en zonas de esa altitud. Estaciones lluviosas en el sur peruano suelen propiciar la aparición visible de esta planta durante periodos específicos del año.

El análisis botánico detalló varias características que diferencian a la subespecie “Yaku Qura” de otras similares. Entre sus rasgos morfológicos distintivos, se encuentra una altura que varía entre 4 y 17 centímetros, hojas en verticilos de cuatro y de intenso verde, y estípulas triangulares-acuminadas.
Destaca especialmente el tamaño de sus flores; los pétalos alcanzan de 1,5 a 2 mm, valor superior al habitual en otras subespecies de Polycarpon, donde difícilmente superan los 0,7 mm.
Esta abundancia floral y la mayor dimensión de los pétalos permiten distinguir a la planta en su hábitat natural y son resultado de adaptaciones particulares a su entorno.
El trabajo científico no solo estableció las diferencias formales, sino que también evaluó el estado de conservación de la subespecie. Los especialistas estiman que la planta habita un área total cercana a los 12.000 kilómetros cuadrados, cifra por debajo del umbral de vulnerabilidad reconocido internacionalmente, lo que sugiere la necesidad de futuras acciones para su resguardo.

El proceso de investigación se remonta al año 2015 e incluyó recorridos de campo en Huánuco y Áncash bajo el marco de proyectos arqueológicos orientados al estudio de la cultura Yarowilca.
Las muestras colectadas fueron estudiadas durante varios años y posteriormente remitidas al extranjero para su análisis comparativo con ejemplares conservados en herbarios internacionales. El procedimiento siguió el protocolo del Código Internacional de Nomenclatura para Algas, Hongos y Plantas.
El equipo a cargo de la investigación, liderado por Daniel Montesinos y en colaboración con Duilio Iamonico de la Sapienza University of Rome, realizó además evaluaciones de adaptación en ambientes distintos, observando resultados positivos para el desarrollo de la especie fuera de su área tradicional.
El descubrimiento de Polycarpon tetraphyllum subsp. peruvianum coloca a los paisajes altoandinos y zonas arqueológicas como escenarios fundamentales para explorar nuevas variantes botánicas. Estudios de este tipo ayudan a comprender el valor ecológico y potencial restaurador de especies endémicas, además de su posible función como bioindicadores de cambios ambientales, factores que nutren futuras estrategias de conservación y manejo de la diversidad en ecosistemas peruanos y sudamericanos.


