Durante meses, miles de personas en distintas regiones del Perú creyeron estar invirtiendo en un proyecto ambiental con rentabilidad asegurada. El lema era sencillo y atractivo: “Siembra un arbolito y gana por cuidar el planeta”. Detrás de esa consigna se ocultaba una compleja red piramidal impulsada por la empresa Green Home Perú, que ofrecía ganancias rápidas bajo la apariencia de una aplicación ecológica. Hoy, las oficinas están vacías, los promotores desaparecieron y las víctimas exigen justicia, así lo dio a conocer La Lupa.
En las calles de Chincha, una madre de familia rompe en llanto mientras muestra los recibos de sus depósitos. “Invertí por sacar adelante a mis hijos y todavía me quedé endeudada por comprar esos malditos árboles”, relata frente a una cámara. Su voz se entrecorta al recordar cómo confió en lo que parecía un negocio seguro. “Esa empresa decía que te devolvía la plata, el doble y todo eso. Entonces, la gente compraba y compraba. De un momento a otro, cerraron”.
El caso ha comenzado a revelar la magnitud del engaño. La supuesta compañía, que funcionaba a través de una aplicación y canales de WhatsApp, ofrecía “árboles virtuales” como unidades de inversión. Cada “árbol” prometía ganancias mensuales, con la posibilidad de duplicar el capital en pocos meses. Todo bajo un discurso ambientalista que apelaba al compromiso con la reforestación digital.
Una red piramidal disfrazada de inversión ecológica

La investigación de La Lupa detalla que Green Home Perú operó en varias regiones, entre ellas Ica, Pisco, Chincha, Huancayo, Junín, Cañete y Huánuco. En todas ellas captó a cientos de personas con la promesa de ingresos sostenibles y “apoyos verdes”. Detrás del discurso ambiental, la estructura seguía el mismo patrón de las estafas piramidales: los nuevos aportes financiaban las supuestas ganancias de los primeros inversores.
En Chincha, más de una decena de víctimas presentaron denuncias ante la División de Investigación Criminal (Depincri). Los promotores locales fueron identificados como Leonel Castillón Manrique y Gabriel Gonzales Conislla, quienes difundían planes de inversión bajo el lema de “sembrar desde casa y generar ingresos verdes”. Los testimonios indican que ambos manejaban grupos en Telegram y WhatsApp donde mostraban supuestos estados de cuenta y comprobantes de pago para sostener la apariencia de rentabilidad.
“Es imposible que venga un sinvergüenza con corbata y bien vestido a quitarme lo poco que puedo reunir para mis hijos”, declaró una de las afectadas. Ella asegura que perdió diez mil soles en el intento de multiplicar sus ahorros. Otras víctimas relataron pérdidas de ocho mil y quince mil soles, en muchos casos con dinero obtenido mediante préstamos o créditos informales. “Hay familias endeudadas, mujeres que pidieron préstamos solo por confiar en ellos”, añadió otra denunciante.
“Nos engañaron con una empresa legal”

Entre las voces que han salido a la luz también está la de una expromotora de Green Home en Chincha. En declaraciones recogidas por el periodista Luis Alberto Wong, la mujer reconoce que formó parte del sistema de captación, pero asegura haber sido igualmente estafada. “Nos dijeron que todo era formal, con RUC y documentos. Green Home se constituyó el 25 de junio de 2024 y tenía registros. Por eso confié y compartí la oportunidad con más personas”, explicó.
Según su testimonio, incluso alquiló una oficina para atender a interesados y apoyar lo que consideraba un proyecto ambiental legítimo. Poco después, los responsables enviaron un comunicado en el que anunciaban que “suspenderían operaciones por dos años debido a ataques externos”. Fue el último mensaje oficial. Desde ese día, la aplicación dejó de funcionar y los depósitos desaparecieron de las cuentas bancarias.
“Yo alquilé una oficina para ayudar al equipo, y de pronto mandan ese mensaje en la noche del miércoles. Decían que regresarían dentro de dos años. Desde entonces, nadie da la cara”, declaró la mujer, visiblemente afectada.
Los planes de inversión se presentaban con nombres de árboles y precios específicos. En Ica, por ejemplo, se ofrecía una rentabilidad de S/2,472 por la compra de cinco “árboles digitales”. Los promotores aseguraban que se trataba de un sistema sostenible y de largo plazo, con supuestos ingresos de hasta S/3,000 mensuales. Las víctimas cuentan que durante los primeros meses sí recibieron pequeños pagos, lo que reforzó la ilusión de que el negocio era real.
El esquema se expandió rápidamente hacia otras regiones. En Huánuco, los primeros inversores —también estafados— llegaron incluso a organizar una marcha a favor de Green Home, convencidos de que las denuncias eran malentendidos. Marcharon con pancartas y polos verdes, presentándose como “defensores del medioambiente”. Días después, la empresa cerró todas sus plataformas y desapareció sin dejar rastro.
Investigación por estafa tecnológica

La Policía Nacional investiga el caso como una estafa tecnológica de alcance nacional. Se busca determinar si detrás de Green Home Perú existía una red organizada dedicada a captar fondos mediante esquemas piramidales disfrazados de inversiones ecológicas. Las autoridades también rastrean los movimientos del RUC con el que la empresa operó formalmente y evalúan la intervención de la División de Delitos Financieros.
“Queremos justicia. Si tenían RUC, debe haber un responsable con nombre y apellido”, exigió una de las víctimas frente a la sede policial.



