La mañana del martes 28 de octubre se transformó en una jornada de agitación en el corazón de Lima. Desde muy temprano, miles de fieles acompañaron el quinto recorrido del Señor de los Milagros, que partió del Santuario de las Nazarenas hacia las principales avenidas del Cercado y Breña. Las calles se tiñeron de morado, incienso y devoción, pero también de bocinas, desvíos y un tráfico que puso a prueba la paciencia de conductores y pasajeros.
El desplazamiento del Cristo Morado, símbolo de fe popular, generó una paralización temporal del transporte urbano. Los desvíos anunciados por la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) y la Policía Nacional del Perú (PNP) se aplicaron de forma progresiva, sin evitar que el tránsito colapsara en amplios sectores del centro. A lo largo de la avenida Tacna, Nicolás de Piérola, Alfonso Ugarte y jirones adyacentes, los embotellamientos alcanzaron dimensiones considerables.
“Pedimos a los usuarios planificar su viaje con anticipación, ya que los servicios tendrán modificaciones y cierres momentáneos según el avance de la procesión”, señaló la ATU en un comunicado oficial. En distintos puntos de la ciudad, los buses de los corredores complementarios y el Metropolitano modificaron sus trayectos, afectando los desplazamientos hacia el Cercado de Lima, Breña y zonas intermedias.
Mientras la imagen avanzaba lentamente entre cánticos y plegarias, las calles de Lima se convertían en un laberinto de rutas alternas, paraderos suspendidos y esperas prolongadas que, en algunos casos, superaron la hora.
Desvíos y cierres por el paso del Cristo Morado

El recorrido procesional atravesó avenidas clave del tránsito limeño. Desde la salida en el Santuario de las Nazarenas, la imagen del Señor de los Milagros siguió por la avenida Tacna, continuó por Nicolás de Piérola, giró hacia el jirón Cañete y luego ingresó a la avenida Alfonso Ugarte, en dirección a Breña. La Policía Nacional realizó cierres progresivos de las vías para garantizar la seguridad de los asistentes y evitar incidentes en la multitud.
En paralelo, la ATU dispuso una serie de modificaciones en los servicios públicos. En el caso del Metropolitano, el servicio regular A y el Expreso 10 circularon por la avenida Alfonso Ugarte, con una única parada en la estación Quilca. El servicio regular C limitó su recorrido hasta la estación Central.
Las estaciones Colmena, Jirón de la Unión, Tacna y Castilla permanecieron cerradas durante el paso de la procesión. Más adelante, cuando la imagen alcanzó la avenida Alfonso Ugarte, los buses desviaron por las avenidas Lampa y Emancipación, sin realizar paradas intermedias. Las estaciones Dos de Mayo, Quilca y España también quedaron inoperativas de forma temporal.
Cambios en el Corredor Azul y rutas complementarias

El Corredor Azul modificó su trayecto principal. Mientras la procesión se desplazó por la avenida Tacna, los buses circularon por las avenidas Caquetá, Alfonso Ugarte y Nicolás de Piérola, tanto en dirección norte como sur. Conforme el recorrido avanzó hacia la avenida Garcilaso de la Vega, los desvíos se ampliaron hacia las avenidas Guzmán Blanco y nuevamente Caquetá.
El servicio extraordinario 08 utilizó las avenidas Bolivia y el jirón Washington para retornar por la avenida Uruguay hacia San Martín de Porres. En tanto, durante el tránsito por las avenidas Venezuela, Uruguay y Bolivia, las unidades optaron por las rutas alternas de Óscar R. Benavides y Tingo María.
En el Corredor Morado, el servicio 412 interrumpió su ruta habitual en el jirón Virú con Prolongación Tacna, punto donde realizó su retorno hacia San Juan de Lurigancho.
Afectaciones en el Aerodirecto y transporte convencional
El servicio Aerodirecto, que conecta el aeropuerto Jorge Chávez con el Centro de Lima, operó con un recorrido reducido. “Mientras la procesión transite por Nicolás de Piérola, el servicio iniciará y culminará en la Plaza 2 de Mayo”, indicó la ATU. Esta restricción generó demoras en los traslados desde y hacia el Callao.
Por su parte, los vehículos del transporte convencional emplearon rutas alternas para evitar los cierres. Circularon por las avenidas Nicolás de Piérola, Alfonso Ugarte, 28 de Julio, Abancay, Miguel Grau, Jorge Chávez, Mariano Cornejo, Tingo María, además de los jirones Zorritos y Washington.
La ATU reiteró que los cierres y desvíos se coordinan con la PNP y se aplican según el avance de la procesión. “En caso de nuevos cierres, se informará oportunamente a través de las redes oficiales”, señaló la entidad.
A pesar de las medidas preventivas, el tráfico en el Centro de Lima y Breña se mantuvo congestionado durante gran parte del día. El fervor religioso se mezcló con la complejidad del tránsito urbano, en una jornada que reflejó la magnitud de la devoción limeña y los retos que implica movilizar una ciudad entera durante una de sus tradiciones más multitudinarias.



