Una licenciada en enfermería fue víctima de un secuestro en pleno centro de Lima. El hecho ocurrió cuando abordó un falso colectivo que aparentaba hacer una ruta habitual. En su interior, cuatro personas la sometieron, la agredieron físicamente y la mantuvieron cautiva por cerca de 24 horas para despojarla de todos sus fondos bancarios. La víctima perdió más de 22 mil soles, dinero que los delincuentes transfirieron y retiraron a través de diferentes operaciones.
El caso ha despertado preocupación entre los vecinos y autoridades, debido a que el secuestro ocurrió pese al estado de emergencia declarado en la capital. La víctima, aún con visibles huellas de violencia, exigió la pronta captura de los responsables. Los delincuentes continúan prófugos y, según la denuncia, tienen en su poder las llaves de su vivienda y sus datos personales.
El secuestro comenzó en pleno centro de Lima
La víctima tomó un vehículo de color gris en la intersección de las avenidas Garcilaso de la Vega y Bolivia, una zona con alto tránsito de pasajeros. En el interior del automóvil se encontraban cuatro personas: dos mujeres y dos hombres. La presencia de las mujeres generó confianza en la pasajera, quien nunca imaginó que todas formaban parte del mismo grupo criminal.

Pocos minutos después de iniciar el trayecto, uno de los hombres la redujo con un arma blanca y le arrebató el celular. Desde ese momento, comenzó una serie de agresiones físicas y psicológicas. Los delincuentes accedieron a sus aplicaciones bancarias y a su cuenta de Yape, mientras la amenazaban con matarla si intentaba resistirse o pedir ayuda.
Encerrada y forzada a entregar sus claves
Tras interceptarla, los falsos colectiveros se desplazaron por la prolongación Tacna y luego la trasladaron hacia un punto desconocido, cerca del túnel San Martín. La mujer relató que le cubrieron los ojos y la llevaron a una cochera donde fue retenida durante varias horas. En ese lugar, los sujetos le exigieron sus claves personales y la obligaron a revelar toda la información de sus tarjetas.
De acuerdo con la denuncia, los delincuentes realizaron transferencias bancarias y extrajeron dinero en efectivo desde diferentes entidades financieras. No satisfechos con el botín, la víctima fue sometida a humillaciones y amenazas. Según su testimonio, los agresores intentaron drogarla y la obligaron a consumir alcohol mientras la mantenían vigilada. Todo ocurrió sin que pudiera comunicarse con su familia o pedir auxilio.

Rescate en una agencia bancaria
Después de más de veinte horas de cautiverio, los secuestradores la llevaron hasta la intersección de las avenidas José Carlos Mariátegui y Fernando Wiese, en San Juan de Lurigancho. En ese punto, la obligaron a ingresar a una agencia bancaria para retirar una fuerte suma de dinero. Dentro del establecimiento, la mujer se desvaneció debido al estrés y las lesiones que presentaba.
Fue en ese momento cuando el personal de seguridad advirtió la situación y alertó a la Policía Nacional. Agentes del Escuadrón de Emergencias llegaron al lugar y auxiliaron a la víctima, quien fue trasladada a un centro médico. Los delincuentes aprovecharon la confusión para huir. Hasta el momento, la Policía continúa con las diligencias para identificarlos y capturarlos.
Investigación y reclamo de justicia
La licenciada de enfermería pidió apoyo al Ministerio del Interior para que el caso no quede impune. Indicó que teme por su seguridad, ya que los delincuentes cuentan con copias de sus llaves y documentos personales. También denunció la falta de colaboración de la municipalidad, que hasta la fecha no entrega las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona donde fue secuestrada.
El hecho ha reavivado las alertas sobre los llamados “falsos colectiveros”, grupos delictivos que operan en avenidas principales y captan pasajeros desprevenidos para asaltarlos o secuestrarlos. A pesar de los operativos y el estado de emergencia, este tipo de delitos continúa en aumento. La víctima, aún en recuperación, espera que las autoridades actúen con rapidez para detener a los responsables y evitar que más personas caigan en manos de estos grupos criminales.



