
El Castillo Forga, edificado hace más de un siglo sobre los acantilados de Mollendo, vuelve a ocupar un lugar central en la memoria de los arequipeños. Aquel edificio de muros blancos y balcones que miran al Pacífico, testigo de la bonanza y el declive de una época, inicia una nueva etapa. El Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), a través de la Unidad Ejecutora de Inversión en Comercio Exterior y Turismo (UICET), impulsa su restauración con una inversión superior a los S/25 millones. La iniciativa busca devolverle su esplendor y transformarlo en un espacio cultural y turístico capaz de dinamizar la economía local y reafirmar la identidad de la región.
La intervención llega después de décadas de abandono. En su fachada aún se reconocen los vestigios del lujo que alguna vez representó la “Casa Blanca”, como se le conocía en su época dorada. Hoy, el proyecto apunta a algo más que una simple reconstrucción: se trata de una apuesta por integrar el pasado arquitectónico con las nuevas dinámicas del turismo sostenible. Las obras ya se encuentran en marcha y marcan el inicio de una recuperación esperada por generaciones de mollendinos.
“Estamos comprometidos con la preservación de nuestro patrimonio y con la creación de espacios que impulsen el desarrollo económico y social de las comunidades locales”, expresó Mirozaqui Ramírez Paredes, director ejecutivo de la UICET. Para el funcionario, esta obra representa un impulso decisivo para el turismo cultural en el sur del país, donde los atractivos históricos requieren de una gestión moderna y sostenible.
Restauración y modernización del monumento

El proyecto, adjudicado a ARO Constructora y Mineros E.I.R.L., contempla un plazo de ejecución de 570 días calendario. Las labores iniciales incluyeron la demolición de una estructura posterior añadida en décadas recientes, lo que permitió recuperar el perfil original del edificio. Esta fase marca el comienzo de una intervención integral que busca rescatar los espacios auténticos y, al mismo tiempo, incorporar nuevas áreas destinadas a la recreación, la cultura y el descanso.
Entre las mejoras previstas destacan la implementación de salones para eventos, zonas culturales, áreas verdes, miradores panorámicos y espacios de esparcimiento. Se instalará también una muestra permanente sobre la historia del Castillo Forga, con el propósito de acercar a los visitantes a la vida de su creador, el empresario José Miguel Forga, y al papel que este edificio desempeñó en la vida social del sur peruano durante las primeras décadas del siglo XX.
La UICET supervisará cada fase del proyecto para asegurar el cumplimiento de los estándares de conservación y calidad exigidos para un monumento histórico nacional. Además, se prevé la mejora de los accesos y de la infraestructura urbana que rodea al castillo, con el fin de facilitar la llegada de visitantes y promover la integración del monumento con el entorno de Mollendo. De esta manera, el castillo no solo será un punto de visita, sino un eje de reactivación económica para la ciudad.
El plan también contempla la adecuación de servicios complementarios para garantizar una experiencia turística completa. La iniciativa busca posicionar al Castillo Forga como un referente cultural de la región, capaz de atraer a turistas nacionales y extranjeros interesados en la historia, la arquitectura y el patrimonio del sur del Perú.
Un edificio con historia y leyenda

El Castillo Forga fue construido entre 1908 y 1910 por encargo del empresario arequipeño José Miguel Forga, de ascendencia española. El proyecto estuvo a cargo del arquitecto Gerardo Cornejo Iriarte, quien diseñó una estructura de concreto armado con influencias neogóticas y detalles de diversos estilos europeos. La propiedad contaba con 17 habitaciones distribuidas en dos niveles, balcones con vista al mar, pisos de madera machihembrada y mobiliario importado de Europa.
En su época de esplendor, el castillo se convirtió en escenario de fiestas y recepciones que reunían a la élite de Arequipa y Mollendo. Incluso, según crónicas locales, por sus salones pasaron ministros, embajadores y las hijas del presidente Augusto B. Leguía, quienes llegaban al puerto para disfrutar de las celebraciones frente al mar.
Con la crisis económica de 1929, Forga perdió su fortuna y dejó de cumplir con sus obligaciones tributarias. El gobierno de Manuel Prado Ugarteche confiscó la propiedad, que posteriormente fue adquirida por el arzobispo Leonardo Rodríguez Ballón. Desde entonces, el castillo cambió de dueño varias veces hasta quedar en manos del Estado peruano, luego de que el Congreso aprobara su expropiación en 2015.
Patrimonio en recuperación

Declarado Monumento Histórico Nacional el 9 de noviembre de 1987, el Castillo Forga conserva un estilo ecléctico, resultado de la combinación de elementos neogóticos, neoclásicos, barrocos y medievales. Su restauración representa un paso decisivo en la preservación del patrimonio arquitectónico del país y un reconocimiento a la memoria cultural del litoral arequipeño.
Con esta intervención, el antiguo símbolo de la opulencia y el olvido se prepara para convertirse en un espacio abierto a la ciudadanía, donde el pasado y el futuro de Mollendo convergen en una misma mirada hacia el mar.



