
Isabel Preysler presentó este 22 de octubre el libro ‘Mi verdadera historia’ en Madrid. En el evento, la empresaria y figura pública se refirió de manera directa a los comentarios emitidos tras la muerte de Mario Vargas Llosa, con quien mantuvo una relación de varios años.
Preysler explicó ante periodistas y asistentes que decidió escribir este volumen porque, según sus palabras, “se han dicho tantas cosas falsas, que ahora he decidido hacerlo yo. Tengo la edad adecuada”. En el libro narra su vida personal y familiar, pero también aborda sus relaciones sentimentales y la influencia de los hombres más importantes en su historia.
Una de las declaraciones más contundentes de la noche estuvo dirigida a quienes han sugerido que la relación con Vargas Llosa se desarrolló bajo el signo de la desdicha.
“Me llena de perplejidad y aún no consigo entender el empeño de su entorno por intentar hacer creer a todo el mundo que Mario fue desgraciado a mi lado”, subrayó Preysler, dando cuenta de su descontento por las versiones difundidas luego del fallecimiento del escritor.

Al acto asistieron su hija Tamara Falcó y un grupo de amigos cercanos. La socialité defendió que la obra expone su versión, pero insistió en que ‘Mi verdadera historia’ relata la realidad, aunque matizada por la subjetividad personal.
Tras la muerte del Nobel sobrevino una ola de especulaciones y versiones encontradas. La ausencia de Preysler en el funeral, al que sí asistieron los hijos del escritor y su expareja Patricia Llosa, avivó rumores sobre la distancia definitiva entre ambos.
Durante la presentación, Preysler dejó claro que la polémica la afecta y quiso desmentir el relato según el cual la pareja concluyó su historia en malos términos. “Las cartas son mías y puedo publicarlas para demostrar que él era feliz conmigo”, afirmó, haciendo referencia directa al material privado incluido en su libro.
En distintas declaraciones, la autora sostuvo que tiene derecho a compartir la correspondencia, pues forma parte de su propia historia. Sostuvo que esas cartas permiten mostrar la naturaleza real de la relación que vivió junto a Vargas Llosa, más allá de los comentarios recientes de allegados al escritor.

Las románticas cartas de Mario Vargas Llosa a Isabel Preysler
Las cartas de Mario Vargas Llosa a Isabel Preysler constituyen uno de los puntos centrales en las memorias de la socialité. El registro epistolar abarca desde el inicio de la relación hasta el final, mostrando una evolución en el tono y el contenido.
En la primera carta, fechada el 21 de marzo de 2015, Vargas Llosa escribió: “Nunca imaginé que me harías tanta falta, que, en tan poco tiempo, te hubieras vuelto alguien tan imprescindible y querido en mi vida”. El premio Nobel recurre a imágenes poéticas y expresiones de afecto, como cuando la llama “bella entre las bellas”, con “esa risita medio burlona y pícara, y esa lucecita verde en el fondo de las pupilas”.
El intercambio epistolar avanza y muestra la transformación de la relación. En una carta posterior, el autor describe: “Desde la noche maravillosa de la peletera (…) mi vida se llenó de juventud, de sueños, de deseos”. Expresa admiración por los matices de la personalidad de Preysler y por los pequeños detalles que llenaban de alegría la convivencia.

Con los años, el tono de las cartas adquiere una calma madura. El 18 de febrero de 2018, Vargas Llosa escribió: “Te quiero mucho, cada día más, y, ahora, además del apasionamiento casi adolescente que sentí por ti desde la primera vez que te vi, mi amor es también más sereno y profundo, apoyado en una complicidad que ha ido surgiendo de los días y las horas compartidas”.
En la última carta, fechada el 18 de febrero de 2022, Vargas Llosa promete un regalo a Preysler, una novela dedicada, que nunca se concretó. Cierra el mensaje reafirmando su sentimiento: “Porque te quiero mucho y te querré siempre, hasta el último día”.
El contenido de ‘Mi verdadera historia’ desplaza el foco hacia el lado más íntimo y humano de una pareja que, pese a la polémica, compartió episodios de afecto. Preysler respalda su postura con fragmentos que muestran otra faceta del vínculo con Mario Vargas Llosa, alejándose de la imagen negativa que circuló tras la muerte del escritor.