
La marcha nacional del 15 de octubre, organizada por colectivos juveniles y universitarios bajo el nombre de Generación Z, se convirtió en una jornada marcada por enfrentamientos, bloqueos y tensión en las principales calles del centro de Lima. Lo que empezó como una protesta pacífica contra el Gobierno de José Jerí y el Congreso terminó con disturbios, incendios en la vía pública y enfrentamientos directos con la Policía Nacional.
Entre los episodios más graves de la jornada se encuentra la muerte de Eduardo Mauricio Ruiz Sanz, de aproximadamente 30 años, quien fue trasladado sin signos vitales al Hospital Arzobispo Loayza tras recibir un disparo durante los enfrentamientos. Además, se reportaron decenas de heridos, tanto manifestantes como agentes policiales, en medio de denuncias sobre el uso excesivo de la fuerza y las medidas de contención aplicadas por las autoridades.
Abogado denuncia intento de autoinvestigación policial
Rodrigo Noblecilla, abogado de la víctima, denunció públicamente que la Policía Nacional busca investigarse a sí misma por la muerte de Ruiz Sanz. Según su mensaje en X, la familia teme que la autoinvestigación genere conflictos de interés y afecte la transparencia del proceso, por lo que exigió que la indagación sea dirigida por un órgano externo.

La Fiscalía de Derechos Humanos asumirá la investigación de manera exclusiva. Este procedimiento busca esclarecer las circunstancias del disparo que provocó la muerte del joven y determinar la responsabilidad de los agentes involucrados. La medida también responde a la presión de colectivos y familiares que exigen justicia tras la jornada de violencia en Lima.
Caos y confrontación en las calles de Lima
Durante la marcha, manifestantes bloquearon vías como el jirón de la Unión y la avenida Abancay, generando embotellamientos y alteraciones en el tránsito. En distintos puntos, se reportaron incendios de basura y objetos lanzados contra vehículos y agentes policiales. Las imágenes capturadas por testigos muestran a jóvenes enfrentando directamente a los uniformados, mientras brigadas de apoyo auxiliaban a quienes resultaron heridos.
La Policía Nacional respondió con bombas lacrimógenas y perdigones, lo que derivó en múltiples lesiones entre los manifestantes. Al mismo tiempo, varios agentes resultaron golpeados y sus motocicletas dañadas durante los enfrentamientos. Las escenas difundidas en redes sociales reflejaron el alto nivel de tensión y descontrol que se vivió durante la protesta, dejando una ciudad parcialmente paralizada.
La víctima
Eduardo Mauricio Ruiz Sanz, conocido en la escena urbana como Trvko, participaba activamente en la protesta como parte de los colectivos juveniles que impulsan cambios políticos en el país. Testigos afirman que recibió un disparo mientras avanzaba junto a otros manifestantes hacia la zona de Plaza Francia, una de las áreas más conflictivas durante la marcha.
Su traslado inmediato al Hospital Arzobispo Loayza no logró salvarle la vida, ya que llegó al nosocomio sin signos vitales. Su muerte se suma a los múltiples heridos que dejó la jornada y ha generado un amplio debate sobre el uso de la fuerza por parte de la Policía y la necesidad de garantizar investigaciones imparciales en casos de violencia durante protestas.
Impacto y reacción institucional

El fallecimiento de Ruiz Sanz provocó reacciones de autoridades y familiares. El presidente interino, José Jerí, manifestó su pesar y pidió que la investigación se realice con total transparencia e imparcialidad. Al mismo tiempo, la familia y su abogado denunciaron posibles irregularidades y exigieron que la Fiscalía de Derechos Humanos supervise todo el proceso.
Diversos colectivos y organizaciones sociales hicieron un llamado a las autoridades para que se esclarezcan los hechos y se determinen responsabilidades. La jornada del 15 de octubre, que comenzó como una protesta por reformas políticas y sociales, terminó con decenas de heridos, un fallecido y múltiples denuncias por violencia, consolidando uno de los episodios más críticos en la reciente historia de movilizaciones juveniles en Lima.



