Huánuco renueva su devoción al Señor de Burgos, símbolo de identidad y Patrimonio Cultural de la Nación

Los vecinos decoran calles, balcones y altares para recibir la imagen, en medio de procesiones, misas y actos litúrgicos que refuerzan siglos de devoción

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En octubre, Huánuco se convierte
En octubre, Huánuco se convierte en escenario de una de las festividades religiosas más importantes de la región: la del Señor de Burgos, patrón jurado de la ciudad y Patrimonio Cultural de la Nación. (Andina)

Durante octubre, Huánuco vive un mes de profunda devoción. La “Muy noble y leal ciudad de los caballeros de León de Huánuco” se convierte en escenario de una tradición religiosa que moviliza a toda su población: la Festividad del Señor de Burgos, patrón jurado de la ciudad y Patrimonio Cultural de la Nación desde 2017. Cada año, miles de fieles participan en misas, procesiones y actos litúrgicos que recuerdan siglos de fe y compromiso espiritual.

En las calles del centro histórico, los vecinos preparan altares y alfombras florales que cubren las calzadas por donde pasa la venerada imagen. Los balcones se adornan con telas y banderas, mientras el sonido de las campanas y los cohetes anuncia el inicio de una de las celebraciones más importantes de la región. No es solo una expresión religiosa, sino también una muestra de identidad cultural que une generaciones enteras de huanuqueños.

La devoción al Señor de Burgos no es reciente ni circunstancial. Su historia se remonta al siglo XVI, cuando la imagen cruzó el océano desde España y encontró en esta ciudad andina un lugar permanente en la vida espiritual del pueblo. Hoy, su festividad representa una tradición viva que refuerza el sentido de comunidad y la continuidad de una fe que se transmite de padres a hijos.

La interrogante que acompaña cada edición de la festividad no cambia: ¿cómo una imagen tallada hace siglos logró convertirse en el símbolo de unidad y esperanza de toda una ciudad? La respuesta está en su historia y en el compromiso que el pueblo mantiene con su promesa de veneración.

Historia de una imagen venerada

Los vecinos decoran calles, balcones
Los vecinos decoran calles, balcones y altares para recibir la imagen, en medio de procesiones, misas y actos litúrgicos que refuerzan siglos de devoción. (Andina)

La historia del Señor de Burgos inicia a mediados del siglo XVI, cuando el padre agustino fray Antonio de Montearroyo, originario de Portugal, encargó la elaboración de una escultura de Cristo crucificado al artista español Jerónimo Escorceto. El comerciante Martín de Goyzueta fue el responsable de trasladarla desde España hasta Huánuco, donde fue recibida con solemnidad por la comunidad religiosa y los pobladores.

Con el paso de los años, la imagen se consolidó como símbolo de protección y fe para la ciudad. En 1965, fue trasladada temporalmente a la iglesia Cristo Rey, mientras se terminaba la nueva catedral de Huánuco. Al concluir la obra, la Diócesis dispuso que el templo se dedicara exclusivamente a su culto, estableciendo allí su lugar definitivo. Desde entonces, el Señor de Burgos ocupa un sitio central en la vida religiosa huanuqueña.

La tradición de rendir culto al Señor de Burgos nació el 28 de octubre de 1746, luego de un fuerte sismo que afectó gravemente a Huánuco. Según los relatos locales, los pobladores, desesperados ante la destrucción, elevaron oraciones al Señor de Burgos pidiendo su protección y prometiendo realizar una celebración anual en su honor. Desde entonces, la promesa se cumple sin interrupción.

Cada octubre, la ciudad organiza una programación que combina fervor y cultura: misas, procesiones, novenas, pasacalles con danzas, ferias gastronómicas y espectáculos de fuegos artificiales. Las calles se llenan de color y música, mientras los devotos acompañan al Señor de Burgos durante su recorrido por los principales barrios de la ciudad.

El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación a la escultura el 20 de diciembre de 2017, reconociendo que “presenta valores históricos-artísticos y sociales relacionados a su importancia en la historia del arte peruano”. Además, destacó su rol en “el fortalecimiento de las relaciones tradicionales de identidad del pueblo huanuqueño”.

Aporte a la identidad cultural en Huánuco

El Ministerio de Cultura declaró
El Ministerio de Cultura declaró la escultura Patrimonio Cultural en 2017, destacando su valor artístico y su papel en la identidad del pueblo huanuqueño. (Andina)

El Señor de Burgos representa un vínculo profundo entre la fe y la identidad de Huánuco. Cada año, la festividad convoca a residentes y migrantes que retornan para participar en los actos religiosos y culturales. Durante varios días se realizan procesiones, exposición de artesanías, venta de platos típicos y concursos de danzas, consolidando una celebración que integra lo espiritual con lo popular.

El día central, el 28 de octubre, comienza con una misa solemne presidida por monseñor Pedro Alberto Bustamante López, vicario general de la Diócesis de Huánuco. Tras la ceremonia, la imagen recibe honores del Ejército, la Policía Nacional, instituciones educativas y la Compañía de Bomberos Voluntarios Salvadora Huánuco N° 52. Luego, inicia la procesión por las principales calles de la ciudad, acompañada por cuadrillas de la Hermandad del Señor de Burgos.

Durante su recorrido hacia la iglesia de Santa María de Fátima, los fieles expresan su devoción con cantos y oraciones. Al llegar, el párroco Víctor Valdeón Sarmiento y la comunidad reciben la imagen con un espectáculo de fuegos artificiales. Los días siguientes continúan las misas y procesiones hacia distintas iglesias, como la del Patrocinio y la catedral de Huánuco, donde concluye el programa religioso el 2 de noviembre.

Así, la Festividad del Señor de Burgos reafirma cada año la fuerza de una tradición que forma parte esencial de la identidad huanuqueña y mantiene viva la promesa que sus antepasados hicieron hace casi tres siglos.