
El dolor abdominal es una de las causas más frecuentes de consulta médica en el Perú y en el mundo. Aunque en muchos casos se trata de molestias leves relacionadas con una mala digestión o estrés, también puede ser una señal temprana de enfermedades que comprometen órganos vitales como la vesícula biliar o el páncreas. Estas afecciones, si no se detectan a tiempo, pueden poner en riesgo la vida del paciente y requieren atención médica inmediata.
El cirujano general, laparoscópico y de trasplantes de la Clínica Anglo Americana, Dr. Manuel Moreno Gonzales, explica que “el abdomen es una verdadera caja de Pandora. Lo primero y más importante es diferenciar las causas de dolor abdominal que requieren cirugía como apendicitis, colecistitis, perforaciones u obstrucciones intestinales; de aquellas que pueden tratarse sin intervención quirúrgica, como gastritis o infecciones gastrointestinales”.
El especialista enfatiza que un dolor abdominal de inicio repentino y persistente por más de dos horas, especialmente si se acompaña de fiebre, náuseas, vómitos o dificultad para respirar, debe ser motivo de consulta médica inmediata.
Síntomas de alerta y factores de riesgo
Los síntomas pueden variar según el órgano afectado. En el caso de la vesícula biliar, los problemas más comunes son los cálculos o la inflamación (colecistitis). El dolor suele localizarse en la parte superior derecha del abdomen y puede irradiarse hacia el hombro derecho o la espalda. Además, puede venir acompañado de náuseas, vómitos, sensación de hinchazón abdominal o fiebre.

Por su parte, la pancreatitis, que es la inflamación del páncreas, genera un dolor repentino, muy intenso y constante en el centro del abdomen, el cual suele irradiarse hacia la espalda. En ocasiones, el malestar aumenta después de comer y puede acompañarse de fiebre, náuseas y vómitos persistentes.
El Dr. Moreno advierte que existen factores de riesgo que predisponen a estas enfermedades. En el caso de la vesícula, el sexo femenino, la edad alrededor de los 40 años, el sobrepeso, la historia familiar de enfermedad vesicular, el uso de anticonceptivos hormonales y una dieta rica en grasas aumentan significativamente las probabilidades de formar cálculos biliares.
En cuanto al páncreas, las principales causas de inflamación son la presencia de cálculos vesiculares que bloquean los conductos y el consumo excesivo de alcohol, que puede dañar las células pancreáticas.
Diagnóstico y tratamiento oportuno
Cuando se sospecha de una enfermedad en la vesícula o el páncreas, el diagnóstico temprano es fundamental. El especialista recomienda acudir al cirujano general para una evaluación clínica completa y realizar estudios complementarios, como ecografía abdominal y análisis de sangre (especialmente de amilasa y lipasa).

“El diagnóstico preciso permite actuar antes de que surjan complicaciones graves. Si se confirman cálculos en la vesícula, lo ideal es realizar una colecistectomía laparoscópica, una cirugía mínimamente invasiva que evita episodios de pancreatitis o infecciones severas”, explica el Dr. Moreno.
Este tipo de intervención permite una recuperación más rápida, menor dolor postoperatorio y una pronta reincorporación a las actividades cotidianas. Ignorar los síntomas, en cambio, puede derivar en complicaciones como infecciones, obstrucciones intestinales o incluso pancreatitis aguda severa, que requiere hospitalización.
Prevención: hábitos que protegen el sistema digestivo
Para reducir el riesgo de enfermedades en la vesícula y el páncreas, el Dr. Moreno recomienda adoptar medidas sencillas pero efectivas:
- Mantener una dieta baja en grasas y rica en fibra: ayuda a reducir la formación de cálculos biliares y mejora la digestión.
- Ejercitarse regularmente y controlar el peso: favorece el buen funcionamiento del sistema digestivo y previene la obesidad, un importante factor de riesgo.
- Evitar el consumo excesivo de alcohol y tabaco: protege el hígado y el páncreas de daños que pueden derivar en inflamaciones graves.
- Mantener una buena hidratación: facilita la digestión y contribuye al metabolismo adecuado de las grasas.
Finalmente, el especialista enfatiza que “ante cualquier síntoma de alerta, es necesario acudir a urgencias a la brevedad para una evaluación médica”. Una atención oportuna evita complicaciones graves como deshidratación, hemorragia o enfermedades que requieren cirugía inmediata, tales como apendicitis, perforaciones u obstrucciones intestinales, colecistitis o pancreatitis.
El mensaje final del Dr. Moreno es claro: el dolor abdominal no debe ignorarse. Escuchar las señales del cuerpo y buscar atención médica temprana puede marcar la diferencia entre una recuperación sencilla y una emergencia que ponga en riesgo la vida.



