
Durante semanas, los comerciantes del mercado Miguel Grau, en el distrito El Porvenir, vivieron bajo amenazas y miedo. Mensajes anónimos, enviados por WhatsApp, advertían que debían “alinearse” o sufrirían las consecuencias. Las extorsiones se habían convertido en parte del día a día. Nadie se sentía a salvo, y muchos prefirieron callar por temor a represalias.
La tensión comenzó a cambiar cuando una comerciante decidió denunciar. Su testimonio permitió a la Policía Nacional del Perú (PNP) iniciar una investigación para identificar a los responsables. El trabajo de inteligencia condujo hasta un joven de 18 años, Jean Alexis Palma Basilio, conocido como “Chato”, quien habría exigido pagos de hasta 50 mil soles y cobros diarios de 5 soles por cada puesto de venta.
Un operativo preciso y sin margen de error

Agentes de la División de Investigación Criminal (Divincri) de Trujillo desplegaron un operativo para ubicar al presunto extorsionador. Tras un seguimiento discreto, lograron interceptarlo en una zona cercana al mismo mercado donde las amenazas circulaban. En el registro personal, hallaron dos celulares —un Motorola Moto G2 Power y un ZTE E6539— vinculados a las cuentas desde las cuales se enviaban los mensajes intimidatorios.
Los investigadores confirmaron que uno de los teléfonos tenía el IMEI asociado a los números usados para difundir videos y notas de voz con amenazas. Además, se incautaron dos emulsiones rojas con la inscripción “Emulnor”, un tipo de explosivo presuntamente utilizado para reforzar las intimidaciones. El hallazgo reforzó la hipótesis de que “Chato” formaba parte de una red dedicada a extorsionar a comerciantes mediante la violencia y el miedo.
Los mensajes que atemorizaron a todo un mercado
Entre las evidencias recopiladas, los agentes encontraron videos enviados por WhatsApp donde se escuchaban advertencias directas: “Todos los comerciantes deben alinearse, caso contrario atentaremos contra ellos”. Las imágenes mostraban armas y explosivos, un recurso que buscaba infundir pánico y obligar a los vendedores a pagar los montos exigidos.
Las autoridades señalaron que esta modalidad de extorsión se ha vuelto común en varias zonas de La Libertad, donde las mafias usan la mensajería instantánea para operar desde el anonimato. En el caso del mercado Miguel Grau, los mensajes se repetían a diario y estaban acompañados de instrucciones precisas sobre los pagos, lo que permitió rastrear los dispositivos utilizados. La información recuperada fue clave para sustentar la intervención.
Fiscalía de Flagrancia asume las diligencias

Tras su detención, Jean Alexis Palma Basilio fue puesto a disposición de Joan Manuel Balladares Correa, titular de la Segunda Fiscalía de Flagrancia de Trujillo, quien dispuso las diligencias correspondientes para determinar la participación del joven en las extorsiones. La Policía Nacional mantiene bajo custodia los equipos incautados, mientras se realiza el peritaje técnico de los celulares y los explosivos hallados.
Fuentes policiales informaron que se busca identificar a posibles cómplices que podrían haber colaborado en la recolección de dinero o la difusión de los mensajes. Las primeras indagaciones apuntan a que el detenido sería uno de los encargados de ejecutar las amenazas dentro de una organización criminal que opera en el distrito.
El general a cargo de la región policial La Libertad destacó que la intervención constituye un “golpe certero contra quienes intentan sembrar el terror en los mercados” y reafirmó el compromiso de la PNP con la seguridad ciudadana. La investigación continúa para establecer si “Chato” tenía vínculos con otras bandas dedicadas al cobro de cupos en el norte del país.