“Me golpearon con una varilla”: mujer denuncia agresión policial en Carabayllo tras enfrentamiento y detenciones durante el paro de transportistas

El gremio transportista, representado por Martín Ojeda, aclaró en Buenos Días Perú que la medida convocada era un “apagado de motores” pacífico y se desmarcó de los hechos de violencia registrados en Carabayllo

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La policía intentó liberar la vía bloqueada por transportistas, pero los ánimos se descontrolaron y se registraron personas heridas durante los primeros enfrentamientos. | BDP

Una mujer denunció haber sido agredida por un efectivo policial durante el paro de transportistas realizado en Carabayllo, este lunes 6 de octubre. El hecho ocurrió en el kilómetro 22 de la avenida Túpac Amaru, donde se registraron momentos de tensión entre los manifestantes y agentes del orden que intentaban liberar la vía bloqueada.

En imágenes transmitidas por Buenos Días Perú, se observa el momento en que la mujer acusa a un policía identificado como el efectivo Peña de haberle golpeado la cabeza con una varilla. “Estaba hablando con mi megáfono y el policía vino de la nada a golpearme. Estoy cansada de pagar para morir”, declaró entre lágrimas. La ciudadana también afirmó que el mismo agente ya había mostrado comportamientos agresivos en protestas anteriores.

Tensión y enfrentamientos en la Túpac Amaru

Manifestantes exigieron al Estado medidas
Manifestantes exigieron al Estado medidas urgentes para proteger a los conductores tras los recientes asesinatos y denunciaron la falta de respaldo policial. | BDP

Los reporteros del matinal describieron un ambiente tenso en el lugar, con manifestantes lanzando piedras y policías retirando obstáculos de la pista para restablecer el tránsito. En medio de los forcejeos, varios transportistas fueron intervenidos y una mujer terminó con una herida visible en la cabeza.

La situación se desbordó cuando los agentes intentaron despejar la vía. “Ya hay un enfrentamiento más físico con la policía”, comentó uno de los periodistas desde la zona, mientras la cámara mostraba a uniformados forcejeando con los manifestantes que se oponían al retiro de las llantas quemadas.

Dirigentes se deslindan de los actos violentos

Martín Ojeda, vocero del gremio de transportistas, aseguró que la medida convocada era un “apagado de motores” y pidió investigar los hechos ocurridos en Carabayllo. | BDP

En una entrevista posterior con Buenos Días Perú, Martín Ojeda, representante de los gremios de transporte del Cono Norte, Este y Sur, afirmó que lo ocurrido en Carabayllo no formaba parte de lo acordado. Explicó que la convocatoria fue para un “apagado de motores” pacífico, no para enfrentamientos.

“Nosotros no necesitamos esto. Pedimos apoyo de la Policía porque el llamado era a una protesta sin violencia. Si alguien tiene que asumir responsabilidad por los disturbios, que lo haga”, señaló Ojeda, quien pidió mantener el reclamo dentro de los márgenes de la ley.

Reclamos por inseguridad y falta de respuesta del Gobierno

Durante la misma entrevista, Ojeda reiteró que el sector transporte atraviesa una situación crítica por los asesinatos y extorsiones que afectan a conductores y cobradores en Lima. Aseguró que las promesas del Ejecutivo para mejorar la seguridad no se han cumplido y criticó la falta de coordinación entre las instituciones encargadas de combatir el crimen.

“El transporte formal está perdiendo la batalla. No solo mueren choferes, también se pone en riesgo a la población”, expresó. Además, exigió mayor articulación entre la Policía, el Ministerio Público y las empresas telefónicas, a las que acusó de permitir el uso de líneas sin registro para las extorsiones que se coordinan incluso desde penales.

El dirigente advirtió que las mafias continúan operando con total impunidad, cobrando cupos diarios y amedrentando a quienes se niegan a pagar. Indicó que varios gremios han presentado denuncias sin obtener resultados concretos. También señaló que los recientes hechos de violencia en Carabayllo reflejan el descontento acumulado de un sector que, según dijo, “se siente abandonado por el Estado”.