
El Congreso aprobó recientemente la ley que autoriza el octavo retiro del fondo de pensiones de las AFP hasta por cuatro Unidades Impositivas Tributarias (UIT). El Ejecutivo la promulgó el 20 de septiembre en El Peruano, oficializando así la medida.
Con esta disposición, los afiliados podrán disponer de un máximo de S/21,400, monto que muchos ya proyectan destinar al pago de deudas, estudios o compras relevantes. Sin embargo, antes de presentar la solicitud conviene detenerse y evaluar: ese mismo dinero, si permanece invertido en una AFP, podría multiplicarse hasta cerca de S/200,000 en los próximos años.
Para ilustrar el impacto de la decisión, veamos qué sucede con una simulación de esos S/21,400 invertidos en nuestra cuenta personal de fondos de pensiones. Si una persona tiene 30 años y deja ese dinero en su AFP hasta los 65 años, podría acumular unos S/199,000, casi diez veces más.
Esta tabla ayuda a calcular qué ocurre si se tiene mayor edad.

El cálculo se basa en el rendimiento promedio anual del Fondo 3 en los últimos cinco años, que, según la SBS, alcanza el 6.58 %. Como toda inversión, está sujeta a la volatilidad del mercado; sin embargo, la rentabilidad sostenida a largo plazo ha demostrado ser consistente.
Los escenarios confirman que cuanto mayor es el tiempo de inversión, mayor es el capital acumulado. Incluso en horizontes cortos, mantener el dinero en el fondo suele ofrecer un retorno más ventajoso que retirarlo para destinarlo a gastos de consumo.
La decisión, al final, corresponde a cada afiliado. Pero si el retiro no se orienta a un proyecto que supere la rentabilidad de la AFP, dejar los fondos invertidos hasta la jubilación podría ser la opción más sensata para garantizar un capital considerable.
En este contexto, conviene recordar una máxima sencilla: “Endeudarse es disfrutar hoy para sacrificarse mañana; ahorrar es sacrificarse hoy para disfrutar mañana”.
