En un operativo policial ejecutado en el distrito de La Victoria, agentes del Grupo Especial contra el Crimen Organizado (Grecco) lograron la captura de dos presuntos miembros de la organización delictiva conocida como ‘Los Suplantadores de Trujillo’. La banda era buscada por suplantar identidades y falsificar documentos con el objetivo de acceder a créditos bancarios de manera fraudulenta.
Los intervenidos fueron identificados como Luis Franklin Cortijo Callán, alias ‘Tío Franky’, y César Augusto Prado Reyes, alias ‘Cesarín’, quienes trasladaron sus operaciones del norte del país hacia la capital tras años de estafas en ciudades como Trujillo, Piura y Tumbes. Según las investigaciones, ambos estarían vinculados a un esquema delictivo que utilizaba DNIs falsificados, huellas de silicona y chips telefónicos adquiridos en el mercado negro para consumar los fraudes financieros.
El sofisticado modus operandi de ‘Los Suplantadores de Trujillo’

Durante la intervención policial en La Victoria, se incautaron 153 chips telefónicos, 151 documentos de identidad y 163 huellas dactilares de silicona, material que la organización utilizaba para perfeccionar la suplantación. Los agentes señalaron que con esos elementos los delincuentes podían cubrir todos los requerimientos exigidos por las entidades financieras para aprobar la entrega de créditos.
De acuerdo con la información policial, la red criminal iniciaba su actividad en el mercado negro de datos personales, donde conseguían información de ciudadanos con alto historial crediticio. Con esos datos fabricaban documentos de identidad falsos, alteraban huellas digitales y conseguían tarjetas SIM a nombre de las víctimas, anulando previamente sus líneas telefónicas para apoderarse de su información bancaria.
El coronel Wilson Bernabé, jefe del Departamento B del Grecco-Dirnic, explicó que los delincuentes llegaban incluso a reclutar a personas con rasgos físicos similares a los titulares reales. A estos cómplices los maquillaban y disfrazaban para que pudieran pasar los controles de verificación en las entidades financieras. De esa forma solicitaban créditos y préstamos en bancos y casas comerciales, logrando acceder a sumas de dinero significativas sin ser detectados.
Las investigaciones revelan que la organización habría operado durante más de cinco años, acumulando importantes ganancias con este esquema de estafas que afectó a decenas de ciudadanos en diferentes regiones. Los detenidos permanecen bajo custodia mientras continúan las diligencias para determinar la magnitud de la red y ubicar a otros cómplices.
Cómo protegerse de fraudes digitales en Perú

El especialista en derecho bancario y ciberseguridad, Walter Álvarez, advirtió que la prevención es la herramienta más efectiva contra los fraudes digitales. Los ciberdelincuentes suelen hacerse pasar por entidades financieras o empresas para obtener datos personales y bancarios, por lo que el primer paso es mantener una actitud crítica frente a llamadas, mensajes o correos que soliciten información sensible. Verificar siempre el origen de la comunicación y contrastar los números oficiales de los bancos puede evitar pérdidas económicas significativas.
Otro aspecto esencial es la educación digital. Reconocer correos sospechosos, enlaces falsos en redes sociales o llamadas inesperadas ayuda a reducir el riesgo de ser víctima de estafas. Según Álvarez, registrar los contactos oficiales de las entidades con las que se interactúa regularmente permite identificar con rapidez cualquier intento de fraude, mientras que la desconfianza hacia promociones demasiado atractivas es clave para no caer en trampas.
En el caso de las compras online, se recomienda comprobar que la página web sea oficial y cuente con el protocolo HTTPS visible en la barra de direcciones. Además, mantener los dispositivos actualizados con antivirus y navegadores seguros dificulta que los delincuentes aprovechen vulnerabilidades. Según la Dirección de Ciberdelincuencia de la PNP, cada día se presentan más de 100 denuncias relacionadas con phishing, suplantación de identidad y otros delitos informáticos, lo que confirma la necesidad de adoptar hábitos de navegación responsables.