
Los residuos derivados de los pasivos ambientales de la minería en el Perú están encontrando una segunda vida gracias a un proceso de innovación desarrollado por la empresa estatal Activos Mineros S.A.C. (AMSAC). Esta iniciativa convierte desechos potencialmente dañinos, como los lodos resultantes del tratamiento de aguas ácidas, en bloques y ladrillos que sirven para proyectos de construcción.
Según explicó el gerente general de AMSAC, Antonio Montenegro, esta tecnología no solo permite mitigar los impactos ambientales de la minería, sino que también genera valor económico. “De esta forma hacemos uso de un residuo, que puede resultar peligroso y generar múltiples gastos económicos al Estado, y lo convertimos en valor”, señaló en declaraciones a la Red de Comunicación Regional (RCR).
El funcionario precisó que parte de estas innovaciones ya se aplican en la construcción de casetas de vigilancia y centros de investigación tecnológica, edificaciones levantadas con los propios materiales reciclados. La meta es que estas experiencias puedan compartirse con comunidades, universidades y centros de investigación para ampliar su impacto y generar nuevos espacios de aprendizaje en materia de economía circular.

Montenegro recalcó que la filosofía de AMSAC parte de la premisa de que la remediación ambiental no es un gasto, sino una inversión estratégica, con beneficios de largo plazo para el país.
Proyectos con impacto social y económico
En colaboración con la Universidad Peruana Cayetano Heredia, AMSAC ha desarrollado una metodología para medir el retorno de la inversión ambiental, considerando no solo aspectos financieros, sino también impactos sociales y de salud. Entre los casos de éxito, se mencionan el Proyecto Excelsior en Pasco y el Bosque Andino en Junín, ambos enfocados en reducir riesgos ambientales y mejorar la calidad de vida de las comunidades cercanas.
El uso de estos residuos procesados como insumos para la construcción tiene múltiples beneficios:
- Reducción de costos en salud pública, al disminuir la exposición de poblaciones a agentes contaminantes.
- Mejora en la calidad del agua, clave para la agricultura en zonas altoandinas.
- Prevención de conflictos sociales, al mostrar resultados tangibles en la gestión de pasivos ambientales.
- Ahorro económico al Estado, al transformar un pasivo en un recurso productivo.

De acuerdo con Montenegro, estos logros demuestran que la innovación tecnológica en minería puede contribuir de manera directa a la sostenibilidad del sector y al bienestar de las comunidades.
Avances en remediación de pasivos mineros
Hasta la fecha, AMSAC ha ejecutado 23 proyectos de remediación ambiental de un total de 65 programados en distintas regiones del país. Estos proyectos abarcan desde la limpieza de aguas contaminadas por metales pesados hasta la estabilización de suelos y la reforestación de áreas afectadas.
El gerente general de la entidad subrayó que uno de los factores que ha permitido el éxito de estas iniciativas es la estrecha colaboración con comunidades y gobiernos locales. La empresa ha trabajado en el fortalecimiento de la gestión social, lo que ha evitado paralizaciones en las obras y ha establecido un modelo replicable para otras entidades públicas y privadas.