El distrito de San Juan de Lurigancho (SJL) vivió una intensa jornada en la que la Policía Nacional del Perú (PNP) anunció la detención en flagrancia de dos presuntos extorsionadores de transportistas, en medio de protestas lideradas por trabajadores del sector y cuestionamientos sobre la gestión de la seguridad ciudadana.
La captura de los dos sujetos, identificados como miembros de la banda ‘Los Intocables de Bayóvar N. G.’, tuvo lugar cuando recibían un pago de cien soles entregado por una de sus víctimas.
La intervención se produjo tras la denuncia del transportista, quien había manifestado cansancio frente al incremento en los montos exigidos por cobros ilícitos.
Durante el operativo, los agentes incautaron celulares y una lista con presuntos números de víctimas, elementos clave para profundizar las investigaciones.
Ambos detenidos fueron puestos a disposición del Departamento de Investigación Criminal (Depincri) de Lima Este, donde continúan las diligencias.
Según fuentes policiales, los sospechosos se desplazaban en automóvil y cubrían diversas rutas exigiendo pagos a conductores.
El Ministerio del Interior (Mininter) informó que diariamente se registran alrededor de setenta y cinco denuncias por extorsión a nivel nacional, un dato que subraya el avance de estas prácticas en las principales ciudades.

Protestas y parálisis del transporte en SJL
Mientras se daba a conocer la detención, transportistas de la empresa Santa Catalina S. A. (Etsacasa) decidieron paralizar las unidades de las rutas A, B y C, luego de que uno de sus conductores fuera atacado la noche previa mientras abastecía combustible en un grifo local.
El chofer, Marco Antonio Huamán Cosco, resultó herido de bala por dos atacantes en moto y fue trasladado a centros de salud para su atención. Este atentado representa el tercer caso similar contra trabajadores de la empresa en menos de un mes.
La protesta, que incluyó el bloqueo del óvalo Zárate y la interrupción del tránsito en la avenida Próceres de la Independencia, dejó a cientos de pasajeros sin transporte, obligándolos a recorrer largos tramos a pie.
La presencia de personal policial y unidades antidisturbios no detuvo la paralización, que fue presentada como una medida para exigir acciones concretas por parte de las autoridades ante la ola de extorsiones y violencia.
Representantes de la empresa manifestaron que, ante la falta de garantías, la protesta podría extenderse a más días o trasladarse al centro de Lima, con movilizaciones en puntos céntricos como el jirón Abancay.

Los dirigentes denuncian que los extorsionadores exigen pagos de diez soles por unidad y atribuyen la impunidad con la que operan a un supuesto vacío en la protección policial. Además, reclaman que la inseguridad ha generado muertes y lesiones en los últimos meses, afectando la integridad física y emocional de trabajadores y usuarios.
Los transportistas aseguran que esta nueva ola de acciones podría escalar a un paro indefinido si no se reciben respuestas efectivas de parte de las autoridades responsables de la seguridad y el orden en la ciudad.