
En las Elecciones Generales 2026, más de 2.5 millones de jóvenes peruanos acudirán a las urnas por primera vez. Sin embargo, su creciente desafección política, el rechazo a los partidos tradicionales y la desconfianza institucional podrían traducirse en un alto ausentismo electoral, según advirtió la CEO de Datum Internacional, Urpi Torrado, durante su exposición en el Día1 Summit 2025.
El escenario es preocupante. Los nuevos votantes, de entre 17 y 23 años, representan un segmento clave del padrón electoral nacional. Según una reciente encuesta urbana y rural realizada por Datum, este grupo etario muestra bajo interés en la política, fuerte influencia de las redes sociales y sentimientos de vergüenza y decepción frente a la coyuntura del país.
Voto joven marcado por la desconfianza
La desafección política, se manifiesta como el rechazo o desconfianza hacia la política, las instituciones democráticas y sus representantes. Según la encuesta, el 61% de los peruanos se ubica en un nivel medio de desafección, lo que significa que, si bien votarán, lo harán sin convicción, o apostando por un voto blanco, viciado o de protesta.

Los jóvenes, en particular, se sienten ajenos al sistema. Tras terminar la secundaria, no encuentran espacios de participación ciudadana ni reciben educación cívica suficiente.
El riesgo del ausentismo en 2026
Torrado advirtió que el ausentismo electoral podría incrementarse en las Elecciones 2025, repitiendo la tendencia de los comicios presidenciales de 2021, donde más de tres millones de electores votaron en blanco o viciado.
A ello se suma la complejidad del proceso electoral: se votará por Senado y Cámara de Diputados, además de los comicios presidenciales y parlamentarios. La sobrecarga de decisiones sin información suficiente podría ahondar el voto desinformado o simplemente incentivar la abstención.
“Recuperar la confianza exigirá transparencia, integridad y una renovación real del sistema político”, concluyó Torrado.

Criminalidad no es la principal preocupación de los jóvenes
Contra lo que se podría suponer, la criminalidad no es la principal preocupación de los jóvenes. La causa que más los moviliza es la corrupción, un problema que asocian directamente con su falta de confianza en las instituciones.
Este dato es especialmente revelador: uno de cada tres jóvenes no se siente orgulloso de ser peruano, y esa percepción está fuertemente vinculada al mal desempeño de la clase política. Muchos incluso expresan su deseo de emigrar como respuesta al desencanto con el país.
“La coyuntura política actual les genera vergüenza y empiezan a mirar otros horizontes. Un tercio de jóvenes no se sienten orgullosos de ser peruanos, y eso está ligado directamente a la política y la corrupción”, explicó Torrado.

Una generación desinteresada pero que se informa más
Aunque el interés político declarado entre los jóvenes es bajo (solo 38% se declara interesado), los datos muestran que este grupo se informa más frecuentemente sobre temas de coyuntura que los adultos mayores. Al comparar con el grupo de 55 a 70 años, hay una diferencia de 28 puntos porcentuales en el nivel de información registrado en los últimos 12 meses.
Además, los jóvenes siguen a políticos en redes sociales con más frecuencia, aunque el porcentaje parezca bajo. Si se proyecta sobre el universo de nuevos votantes, representa cientos de miles de personas que ya están expuestas a mensajes políticos en canales digitales.
En contraste, si bien se informan por redes sociales, todavía consideran que los medios de comunicación tradicionales tienen mayor credibilidad.
“Los jóvenes están desconectados, sí, pero hay adhesión a la democracia. Demandan aprender cómo funciona el sistema”, remarcó Torrado, dejando abierta una oportunidad para reconectar con este electorado. Puesto que “sí hay un interés que se puede potenciar si se generan los espacios y canales adecuados para estos jóvenes”, señaló Torrado. El problema no es la apatía, sino la falta de conexión con una oferta política creíble.