En los últimos días, se han registrado bloqueos e interrupciones en las rutas de acceso a la ciudadela inca, lo que afectó el traslado de turistas que se dirigen a conocer la maravilla del mundo. Estos episodios ponen en riesgo el desempeño del sector y con ello el empleo de miles de cusqueños que dependen directa e indirectamente del turismo.
Rezago del sector turismo
La conflictividad social y la inseguridad impidieron que el turismo en Cusco retome los niveles prepandemia. Entre diciembre de 2022 y marzo 2023, las protestas y bloqueos de carreteras y aeropuertos interrumpieron el acceso a destinos emblemáticos, con un impacto estimado de al menos S/ 450 millones para el turismo regional, según estimaciones del Instituto Cusqueño de Economía (INCUSE) e IPE.
Hoy los riesgos persisten. Según la Defensoría del Pueblo, a junio de 2025, Cusco registra 17 casos de conflictos sociales, la tercera más alta del país después de Loreto (28) y Puno (19). No solo preocupa la cantidad: en la última década cambió la composición; los conflictos de gobernanza y territorio —asociados a bloqueos y reclamos de gestión— pasaron de 13% en 2015 a 41% en 2025. A ello se suma la inseguridad ciudadana: la región es la sexta con mayor incremento en casos de extorsión, con casi 9 denuncias por cada 100 mil habitantes entre enero y julio de 2025, casi nueve veces que en el mismo periodo de 2019 (1.0).
Cusco: Evolución de los conflictos sociales según tipología, 2015-2025 (%)

Fuente: Defensoría del Pueblo. Elaboración IPE
*/ Agrupa asuntos de gobierno (local, regional y nacional), comunales y por demarcación territorial.
Machu Picchu sin despegar
Entre 2020 y 2024, Machu Picchu ha dejado de recibir cerca de 5 millones de visitas por la pandemia y una recuperación interrumpida por la alta conflictividad social y la pérdida del atractivo del país como destino turístico. Además, como advirtió Roger Valencia, presidente del INCUSE, la ciudadela inca enfrenta un proceso de “envejecimiento” como destino: cuellos de botella en el acceso, fallas en la gestión de entradas y caída de la satisfacción del turista.
En este contexto, han pasado cinco años y Machu Picchu aún no recupera el nivel prepandemia. Entre enero y junio de 2025, recibió 676 mil visitas, 1.4% por debajo del nivel registrado en el mismo periodo de 2019 (686 mil). Aunque la brecha es corta, la conflictividad y la inseguridad, sumadas a los problemas de traslado y venta de boletas, pueden afectar la recuperación de 9.5 mil visitas e impedir retomar la tendencia de crecimiento.
Machu Picchu: Visitas de turistas según origen, 2019-2025*(Índice, 2019=100)

Fuente: MINCETUR. Elaboración IPE
*/ Los datos corresponden de enero a junio de cada año.
Ese rezago ya tiene costo para Cusco. Desde 2019, se perdieron cerca de 33 mil empleos vinculados al turismo en Cusco. Asimismo, entre 2020 y 2024, los arribos a hospedajes promediaron cerca de 2.2 millones anuales, 34.4% menos que el promedio de los cinco años prepandemia, lo que limitó el crecimiento económico. En 2024, la economía cusqueña creció solo 0.8%, pero si los arribos hubiesen recuperado los niveles prepandemia, el PBI de la región hubiera crecido 1.2%, según estimaciones del IPE.
Recomendaciones
Para enfrentar la crisis de Machu Picchu es urgente asegurar la continuidad de los servicios de transporte con medidas de contingencia. Adicionalmente, se debe acelerar el proceso de licitación de transporte desde Aguas Calientes hacia la ciudadela, garantizando que el nuevo operador cuente con la capacidad necesaria para asegurar la continuidad y calidad del servicio.
En paralelo, combatir la inseguridad requerirá fortalecer la capacidad de respuesta de la Policía Nacional de Perú y las instituciones del sistema de justicia. Además, se debe mejorar la infraestructura y el equipamiento de las comisarías mediante Obras por Impuestos y Asociaciones Público-Privadas.
(*) Elaborado por Stephani Maita, economista senior del IPE, con la colaboración de Sandro Sotacuro.