
La Municipalidad Metropolitana de Lima presentó un plan especial para asegurar el desarrollo ordenado de la festividad del Señor de los Milagros 2025, programa que incorpora por primera vez una travesía singular hacia el Callao, sumando un hito a la historia de la tradicional procesión.
Durante un encuentro oficial en la Hermandad del Señor de los Milagros, se comunicó que el operativo incluye la cooperación entre las áreas de Seguridad Ciudadana, Fiscalización y Control, Gestión del Riesgo de Desastres, y Desarrollo Económico. Todas estas dependencias trabajan de manera coordinada con la Policía Nacional del Perú para cubrir el evento con un esquema de seguridad integral.
El plan contempla la instalación de un toldo azul dedicado a brindar asistencia inmediata. En ese punto, se canalizarán casos de extravío y emergencias menores.
De igual forma, se desplegarán drones sobre los sectores con mayor afluencia, tecnología que fortalecerá la observación y agilizará la reacción ante cualquier incidente que se presente en las rutas procesionales.

La agenda de los recorridos arranca el sábado 4 de octubre, cuando la imagen sagrada saldrá del Monasterio de las Nazarenas, situado en la avenida Tacna, y recorrerá arterias emblemáticas del centro capitalino. El calendario continúa el 18, jornada en la que el Cristo Moreno seguirá la ruta más extensa, visitando la Plaza Mayor, el Palacio de Gobierno y el Congreso.
El domingo 19, el itinerario tendrá como destinos centrales diversos hospitales donde se recibirán bendiciones. La edición 2025 añade una innovación: el domingo 26, la procesión llegará al Callao mediante el novedoso “Nazareno móvil”, que permitirá trasladar la imagen religiosa hasta la provincia constitucional por primera vez.
El día medular de la festividad está programado para el 28 de octubre. Ese día, luego de la misa de campaña, el Cristo iniciará su desplazamiento a las 6 am desde la avenida Tacna y realizará el recorrido tradicional por hospitales San Bartolomé y Loayza, así como avenidas Nicolás de Piérola, Alfonso Ugarte, Venezuela y zonas de Breña, con retorno final al monasterio.
La celebración finalizará el 1 de noviembre, fecha en que la sagrada imagen concluirá su paso por la ciudad, marcando el cierre de unas semanas que movilizan a miles de fieles en Lima y el Callao. La organización remarcó la importancia de la colaboración entre entidades, la prevención y la integración de nuevas tecnologías para garantizar la seguridad de todos los asistentes.

¿Por qué al Señor de los Milagros se le conoce como Cristo de Pachacamilla?
El nombre Cristo de Pachacamilla se asocia con el sitio donde nació la veneración, concretamente un mural ejecutado en la zona de Pachacamilla, en las afueras de Lima, durante el siglo XVII. De acuerdo con la tradición, en 1651, un hombre de ascendencia africana realizó la pintura de Cristo en una pared de adobe utilizada para el rezo colectivo.
Informes de la Hermandad del Señor de los Milagros de Suiza indican que Pachacamilla estaba situada más allá de las murallas limeñas y era habitada principalmente por trabajadores humildes, así como núcleos afroperuanos e indígenas.
La fama del mural se acrecentó tras demostrarse su resistencia a temblores. Mientras los terremotos derruían otras edificaciones, la superficie que sustentaba la pintura permanecía intacta. Estos episodios, vistos como extraordinarios, consolidaron el fervor de la población y dieron paso a la creación formal de la Hermandad y el Santuario de Las Nazarenas.

Crónicas y relatos sitúan el origen de la imagen en una pequeña ermita o cobertizo perteneciente alguna vez a familias criollas, que cedieron el espacio para la práctica religiosa de sirvientes y residentes. Aunque la tradición reconoce como autor a un esclavizado de nombre Pedro Dalcón o Benito en 1651, persisten discusiones históricas sobre la autoría y la fecha precisa.
Actualmente, la imagen transportada en los recorridos religiosos es una reproducción de aquel mural realizado en 1651. La devoción se expandió con rapidez, incluso en el siglo XVII se levantaron pequeñas ermitas, antecedentes del Santuario de Las Nazarenas. Al ganar popularidad, surgieron apelativos como Señor de los Milagros, Cristo Moreno, Señor de los Temblores o Cristo de las Maravillas, cada uno resaltando alguna característica relacionada con el color de la figura, su resistencia a desastres naturales o el carácter milagroso atribuido por los fieles.