La paralización de operaciones ferroviarias mantiene a cientos de visitantes sin opción de salida ni ingreso entre Machu Picchu Pueblo y Ollantaytambo, dos puntos clave para arribar o dejar la ciudadela inca. Desde tempranas horas, la ausencia de salidas en la estación local y la falta de rutas alternas ferroviarias han dejado a los trenes detenidos en los hangares de la terminal, sin recibir autorización de circulación.
La medida, motivada por alertas de seguridad y bloqueos en las vías férreas, afecta tanto a personas que buscan abandonar la localidad como a aquellas con planes de recorrer el sitio arqueológico, según información de Canal N.
De acuerdo con el citado medio de comuniación, varios usuarios han optado por acercarse a la estación con la esperanza de cambiar sus tickets e intentar partir a pie rumbo a la zona de hidroeléctrica, pese a que se trata de un trayecto más complicado y prolongado.

Durante la madrugada, algunos operadores gestionaron trenes humanitarios que trasladaron a grupos de turistas varados. Actualmente, no hay un calendario definido para nuevos viajes de emergencia que permitan evacuar a quienes permanecen en Machu Picchu Pueblo. Viajeros que aguardaban en la terminal han pasado la noche en el recinto, rehusando buscar alojamiento adicional.
El despliegue de personal de seguridad y fuerzas del orden es visible en los alrededores de la estación para mantener el control de la situación. Las autoridades aún no emiten un parte oficial con respecto a la reactivación del servicio ni confirman el estado de las vías férreas. La incertidumbre crece entre quienes mantienen la expectativa de movilizarse hacia Ollantaytambo y conectar así con el resto del Valle Sagrado.
Machu Picchu podría perder el título de ‘maravilla del mundo’
El santuario inca de Machu Picchu, reconocido desde el 7 de julio de 2007 como una de las nuevas siete maravillas del mundo, enfrenta un periodo de gran dificultad a raíz de una advertencia formal emitida el 13 de septiembre de 2025 por la organización New7Wonders.
En un mensaje dirigido tanto a la población como al Estado peruano, la entidad responsable de otorgar dicho reconocimiento internacional alertó sobre los riesgos que implica la ausencia de una gestión sostenible y articulada.
Según el comunicado, este escenario podría afectar la credibilidad de Machu Picchu e incluso poner en peligro su estatus dentro del grupo de patrimonios universales. La advertencia surge en medio de crecientes desafíos para el destino turístico y de un deterioro en la calidad de la experiencia que reciben los visitantes.

Entre los principales problemas señalados por New7Wonders figuran la saturación turística sin una planificación adecuada, el elevado costo para acceder al recinto, denuncias sobre irregularidades en la venta de entradas, limitaciones en el transporte terrestre, conflictos sociales frecuentes y la insuficiente coordinación entre las instituciones a cargo de la protección y promoción del lugar.
La organización alertó que las dificultades actuales afectan no solo la experiencia de los visitantes nacionales y extranjeros, sino también la reputación del país a nivel internacional. En ese sentido, advierte que “la permanencia justificable y creíble de Machu Picchu como una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo depende de una acción urgente del Estado peruano”.
Recordaron, además, que el título obtenido en 2007 “no fue un regalo”, sino “el resultado de una movilización nacional histórica”, por lo que exhortaron a honrar ese esfuerzo mediante la adopción de firmes compromisos de preservación y una gestión alineada con estándares internacionales.