
En Hualmay, provincia de Huaura, una reciente intervención de la Contraloría General reveló serias deficiencias en la infraestructura y mobiliario de dos instituciones educativas públicas, cuya situación compromete la seguridad de estudiantes y docentes. El informe, elaborado tras una visita de control efectuada en agosto de 2025, muestra un panorama que exige respuestas urgentes de las autoridades educativas.
El documento, denominado Informe de Visita de Control N.° 005-2025-OCI/5456-SVC, da cuenta de un escenario que expone riesgos vinculados a accidentes, ingreso de personas no autorizadas y daños por lluvias. Los colegios afectados son la institución educativa 20983 Julio C. Tello y la 20329-673 José Carlos Mariátegui, ambas bajo la jurisdicción de la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) Huaura.
La comisión de control constató múltiples problemas: muros perimétricos con rajaduras, mobiliario deteriorado, techos en mal estado y servicios básicos insuficientes. Todo ello repercute en la continuidad del proceso educativo. “Se ha identificado cuatro situaciones adversas que afectan o podrían afectar la continuidad del proceso o el logro de los objetivos”, advierte el documento de la Contraloría.
Infraestructura en riesgo

Uno de los hallazgos más graves corresponde a los cercos perimétricos de ambos colegios. Según el informe, presentan huecos y deterioro, incluso en áreas destinadas a actividades psicomotrices e infantiles. Esta condición permite la entrada de personas externas y eleva la posibilidad de incidentes en espacios que deberían ser seguros para los menores.
En el colegio Julio C. Tello, los problemas se extienden a las aulas del nivel primario, donde los techos son vulnerables a la lluvia y los pisos tienen huecos. El subdirector de la institución explicó que durante el verano estas aulas se convierten en ambientes sofocantes. En secundaria, dos aulas de módulos prefabricados muestran desprendimientos en el suelo, mientras que en innovación tecnológica se hallaron fisuras en las paredes.
El área de inicial presenta un panorama crítico: servicios higiénicos con techos en mal estado, accesorios ausentes y un baño para docentes ubicado dentro del baño de niñas. A ello se suma la falta de personal auxiliar y el riesgo de aniegos por tuberías de desagüe en malas condiciones. Los juegos infantiles, además, se encuentran oxidados y deteriorados.
El informe también revela problemas en el acceso al agua potable. En los dos colegios el suministro se realiza por turnos, pero en el caso del Julio C. Tello no existen tanques de almacenamiento que garanticen un abastecimiento continuo. Esta carencia afecta el uso de los servicios higiénicos y limita la adecuada atención de estudiantes y docentes.
El mobiliario escolar representa otra preocupación. Carpetas, mesas y sillas, tanto para alumnos como para docentes, se encuentran dañadas por el uso y el paso del tiempo. La Contraloría advirtió que no hay suficientes escritorios para el personal docente, lo que repercute directamente en las condiciones mínimas para el desarrollo de clases.
Condiciones críticas en el colegio José Carlos Mariátegui

En el caso del colegio José Carlos Mariátegui, las deficiencias en servicios higiénicos son evidentes. En secundaria solo existe un baño improvisado con planchas de triplay: un inodoro y un lavadero sin accesorios para las alumnas, y un único inodoro con un lavadero común al aire libre para los varones. Los docentes cuentan con un único servicio sanitario.
Las aulas de primaria muestran techos de calamina y Eternit con goteras, paredes con humedad y pintura descascarada. Varias ventanas están rotas, algunas cubiertas con plástico o triplay. En inicial, las salas destinadas a niños de 1 y 3 años presentan columnas rajadas y muros dañados, mientras que el área de juegos infantiles evidencia deterioro considerable.
Durante la supervisión, la comisión de control verificó la ausencia de condiciones básicas para enfrentar emergencias. No se encontraron extintores operativos en los pabellones; algunos estaban vencidos. Tampoco hay señalización de zonas seguras, ni mallas para proteger a los alumnos de la radiación solar. La falta de rampas y de infraestructura inclusiva también fue señalada en el documento.
La Contraloría comunicó estos hallazgos a la UGEL Huaura. “Debe comunicar al Órgano de Control Institucional de la Dirección Regional de Educación Lima Provincias, en el plazo máximo de cinco días hábiles, las acciones preventivas o correctivas adoptadas o por adoptar respecto a las situaciones adversas contenidas en el presente informe”, precisa el documento oficial.