
El turismo hacia Machu Picchu, uno de los destinos más visitados del planeta, enfrenta un problema que no nace de sus montañas ni de su clima, sino de la gestión administrativa en la venta presencial de boletos. Un reciente informe de la Contraloría General de la República reveló que el sistema de atención en la boletería del Centro Cultural Machupicchu presenta desorganización y carencias que repercuten en la experiencia de los visitantes y en la reputación del país frente al turismo internacional.
La inspección realizada a fines de agosto por la comisión de control no solo detectó deficiencias visibles en la atención al público, sino también fallas en la seguridad de los fondos recaudados y en el mantenimiento de equipos claves para el control de accesos. El hallazgo, según el documento oficial, se vincula a incumplimientos en el protocolo aprobado recientemente por la Dirección Desconcentrada de Cultura del Cusco (DDC Cusco), organismo dependiente del Ministerio de Cultura.
El informe denominado Visita de Control N.º 018-2025-OCI/5765-SVC precisa que los problemas identificados limitan la eficiencia, el orden y la seguridad del proceso de venta presencial. “Se evidenció la ausencia de personal orientador, carencia de señalética informativa y deficiencias en la atención preferencial”, se lee en el documento. Estas falencias no solo generan malestar, también exponen un déficit en la capacidad de gestión de un atractivo considerado Patrimonio Mundial.
Más allá de la incomodidad inmediata de los turistas, la situación adquiere un alcance mayor. Las observaciones sobre accesibilidad, trato y seguridad financiera muestran un sistema vulnerable, en un contexto donde la demanda internacional por visitar la ciudad inca sigue en aumento.
Custodia deficiente de los fondos recaudados

Los días 25 y 26 de agosto, la comisión de control verificó que no había personal encargado de orientar a los visitantes sobre rutas y tarifas. Tampoco se contaba con señalética visible que detallara disposiciones básicas del proceso de compra. “Incluso se constató que no existía intérprete de lengua de señas peruana para turistas con discapacidad auditiva”, se señala en el informe.
La revisión del Libro de Reclamaciones expuso otro aspecto delicado: quejas por trato inadecuado, respuestas ofensivas y presuntos actos de discriminación. Entre los reclamos resaltan acusaciones de “mentir” a los usuarios y la negativa de aceptar carnés de estudiante en formato digital o sin fecha de caducidad.
El 26 de agosto, durante el arqueo a la caja del Centro Cultural, se registró una recaudación de S/ 52 345 en efectivo y S/ 22 948 por tarjetas. El dinero estaba guardado en cajones de escritorio y cajas de cartón, ya que la caja fuerte se encontraba inoperativa.
El informe detalla que la máquina contadora de billetes está descompuesta y no se dispone de un detector de billetes falsos. Tampoco se cuenta con porta valores y el traslado del dinero al Banco de la Nación se realiza sin resguardo de seguridad. “Estas condiciones exponen a pérdida de recursos públicos por hurto, robo o falsificación”, advierte la Contraloría.
Riesgo por falta de respaldo eléctrico

Otra observación clave está vinculada al sistema de control de ingresos. Desde diciembre de 2024, el generador eléctrico del Parque Arqueológico Nacional de Machupicchu permanece inoperativo. Esta situación, aún sin solución, compromete la validación de boletos y la verificación de identidad de los turistas en caso de cortes de energía.
El documento recuerda que el incumplimiento de esta medida vulnera el Código Nacional de Electricidad y debilita la continuidad de un servicio fundamental en el control del aforo. Informes internos del propio Ministerio de Cultura (Mincul) ya habían advertido sobre la necesidad de reparar el generador, pero ocho meses después no se habían tomado acciones efectivas.
La Contraloría notificó los resultados al Mincul con el fin de que se adopten medidas correctivas. El objetivo, según la entidad, es garantizar que la venta de boletos para Machupicchu se realice en condiciones de orden, transparencia y seguridad, acorde con la importancia de este destino.