En Puerto Maldonado, región Madre de Dios, una mujer de 79 años, identificada como María Campos viuda de Isuiza, fue víctima de un ataque de abejas en el sector Isuyama, parte del corredor turístico Bajo Tambopata. El incidente, que comenzó como un recorrido habitual por las trochas cercanas a su casa de campo, terminó con un desenlace fatal horas después en el hospital Santa Rosa.
La presencia de un enjambre sorprendió a la anciana en medio de la espesura. Al sentirse amenazados, los insectos reaccionaron con violencia, dejando a la mujer en una situación desesperada. Sus gritos alertaron a tres guías turísticos que, sin dudarlo, interrumpieron su retorno a la ciudad para acudir en su auxilio. Lo que siguió fue una lucha desigual entre la fragilidad humana y la defensa instintiva de las abejas.
Los guías, Andre Alcázar, Alberto Pinares y Augusto Rafael, se encontraban en la zona luego de concluir un guiado en Tronco Lodge. Al escuchar los pedidos de ayuda de los familiares, ingresaron repetidas veces a la zona de mayor riesgo con apenas unas toallas como protección. Enfrentaron el ataque directo de los insectos mientras intentaban localizar a la víctima. La primera incursión no tuvo resultados, la segunda tampoco. Recién en el tercer intento lograron ubicarla.
Los tres resultaron con múltiples picaduras, pero lograron retirar a la mujer de la zona. Con el apoyo de Serenazgo, la trasladaron al hospital Santa Rosa, donde ingresó de emergencia. Pese a los esfuerzos médicos, falleció en la madrugada del lunes.
El rescate en Isuyama

La acción de los guías no pasó desapercibida. Con recursos improvisados, se enfrentaron al peligro en más de una ocasión, soportando el mismo ataque que sufría la mujer. Su decisión de ingresar al área donde el enjambre mostraba mayor agresividad permitió que la víctima pudiera ser trasladada con vida al hospital, aunque su estado crítico no permitió que se recuperara.
Tanto Alcázar como Rafael también fueron atendidos por personal de salud debido a la cantidad de picaduras. Afortunadamente, ellos se encuentran fuera de peligro. El suceso, sin embargo, dejó en evidencia no solo la valentía de estos jóvenes, sino también la falta de equipos especializados para este tipo de emergencias en la selva.
Lo ocurrido en Isuyama muestra que los primeros en responder suelen ser civiles que, como en este caso, arriesgan su seguridad para salvar a otros. En ausencia de trajes protectores, equipos de control de enjambres o protocolos de rápida intervención, la vida de rescatistas y víctimas queda expuesta a un desenlace incierto.
El temor de la comunidad

Mientras tanto, los restos de María Campos fueron velados en su vivienda, en medio de expresiones de dolor de familiares y vecinos. Para los pobladores, el incidente dejó una inquietud latente. Temen que los niños, que acostumbran jugar en las trochas del sector, puedan encontrarse con otros enjambres.
La Amazonía, rica en biodiversidad, es también un entorno que exige respeto y precaución. El ataque de Isuyama no fue producto de la malicia, sino de la defensa natural de un enjambre frente a lo que percibieron como una amenaza. La tragedia, sin embargo, dejó una lección que pesa en la comunidad: la necesidad urgente de contar con mayor preparación y recursos para enfrentar los riesgos propios de la selva.
Números de emergencia a nivel nacional
- Central policial: 105
- Policía de carreteras: 110
- Bomberos: 116
- Sistema de Atención Médica Móvil de Urgencia (SAMU): 106
- Defensa Civil: 115
- Cruz Roja: (01) 266-0481
Cabe mencionar que las personas que viven en las regiones Áncash, Ayacucho, Huancavelica, Huánuco, Junín, La Libertad, Loreto, Madre de Dios, Amazonas, Piura, Tacna, Tumbes, Ucayali, Lambayeque, Pasco y Lima Región, pueden llamar a la línea 106.



