El Mundial de Desayunos, impulsado por el conocido streamer español Ibai Llanos, se posicionó como el tema del momento en las comunidades digitales, gracias a más de 800 millones de interacciones y al enorme atractivo que generan sus dinámicas en plataformas como YouTube, TikTok e Instagram.
Esta iniciativa reúne propuestas matutinas de diversos países en un formato participativo, expandiéndose como fenómeno viral, lo que, en opinión del analista en estrategias digitales Germán Meneses, representa un hito en la manera en que la cultura contemporánea puede convertirse en motor de negocios y movilizar a usuarios de distintos lugares a partir de contenidos innovadores.
El especialista opina, durante una entrevista con TVPerú que el éxito radica en la capacidad de Ibai para convertir una competencia simple en una estructura de interacción extendida a múltiples canales. Sostiene que el atractivo no está solo en difundir videos o anunciar ganadores, sino en el desarrollo de acciones articuladas donde cada movimiento encuentra resonancia en aplicaciones distintas.

En ese sentido, explica que el formato adapta cada etapa al lenguaje propio de cada red y con ello capta públicos segmentados, atrayendo tanto aficionados de videos largos como quienes buscan clips breves y divertidos. Resalta además que la colaboración constante de creadores, figuras públicas y referentes de la cocina añade autenticidad y hace que siempre se mantenga activo el debate social.
Un rasgo que permitió un impulso particular al campeonato es el entusiasmo generado en Perú. El avance del pan con chicharrón como símbolo del país generó un vínculo de orgullo que pronto desbordó el universo digital.
“La experiencia peruana evidencia cómo se pueden unir costumbres gastronómicas con la conectividad actual. Resulta tan relevante la tradición culinaria como su peso identitario. La comunidad se anima aún más cuando observa que su plato bandera compite en una instancia internacional”, puntualiza el especialista. Considera adicionalmente que el certamen sirvió de vitrina para propuestas nacionales antes poco visibles. Chefs, restaurantes y panaderías locales se han sumado a la tendencia creando campañas originales o iniciativas puntuales en apoyo a la semifinal.
El experto destaca que el formato multipantalla amplifica la visibilidad de cada ronda, activando “un ciclo permanente de promoción y valoración de las raíces culinarias en foros virtuales y ambientes familiares”.

Apunta que la ola de entusiasmo traspasa las aplicaciones tecnológicas y fomenta el encuentro entre familiares, amigos y comunidades interesadas, que ahora graban, comparten recetas o incluso organizan degustaciones. Según Meneses, este movimiento colectivo contribuye a fortalecer la identidad social y promueve la economía local.
Desde la perspectiva publicitaria, remarca que las empresas han encontrado un canal natural para vincular productos a contextos auténticos. “La inclusión de marcas en dinámicas espontáneas genera receptividad y construye confianza entre los participantes”, argumenta.
Comenta también que el entorno competitivo abre posibilidades para nuevas herramientas de difusión, como acuerdos comerciales, publicidad contextualizada o estrategias compartidas que las comunidades valoran en tiempo real a través comentarios y votos.
En palabras de Meneses, este tipo de iniciativas redefine los márgenes del creador virtual. “Ibai Llanos expone cómo una persona con presencia digital puede articular audiencias, construir espacios de interacción cultural y fusionar entretenimiento, identidad y mercadeo de una manera fluida”.

Añade que el impacto alcanzado ya modificó la percepción sobre los formatos convencionales de concurso, al posicionar este torneo como referente en materia de interacción y punto de partida para nuevas oportunidades de negocio.
El avance hacia la penúltima fase incrementa la expectativa en distintas latitudes, y en el caso peruano, la emoción colectiva adquiere peso singular. Meneses subraya que el respaldo espontáneo hacia el pan con chicharrón ilustra lo que sucede cuando las personas entienden su protagonismo dentro de un acontecimiento de alcance internacional. Ese nivel de compromiso fortalece desafíos, incentiva nuevas propuestas y garantiza que ningún representante nacional quede al margen de la conversación digital.