Crecen los emprendimientos juveniles en Perú en medio de la alta tasa de desempleo y la informalidad laboral

La mitad de los nuevos negocios están en manos de jóvenes, pero el 71 % de la población ocupada sigue en la informalidad y con pocas perspectivas de estabilidad

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El auge del emprendimiento juvenil en el Perú ha sido presentado en ocasiones como un signo positivo de dinamismo económico. Sin embargo, detrás de esta narrativa optimista se esconde una realidad más compleja: la elevada tasa de desempleo y la falta de opciones de empleo formal que enfrentan los jóvenes.

Ante la ausencia de oportunidades estables, muchos optan por generar sus propios ingresos a través de pequeños negocios o iniciativas independientes, un camino que, aunque refleja resiliencia, también es una respuesta forzada a la precariedad del mercado laboral.

De acuerdo con un estudio de la plataforma digital Alegra.com, el 54,3 % de los emprendedores peruanos tiene entre 18 y 35 años, una proporción que supera en más de 14 puntos el promedio regional.

En los últimos cuatro años, más de 81 mil jóvenes se sumaron al ecosistema emprendedor, dominado por micro y pequeñas empresas. Sin embargo, hasta 2024, de los 17,2 millones de personas con empleo en el país, el 71,1% laboraba en condiciones de informalidad, mientras solo el 28,9% accedía a un empleo formal.

Eduardo Venegas, gerente corporativo de Comunicación Externa y Sostenibilidad de ISM reconoce que aunque muchos jóvenes peruanos apuestan por el emprendimiento, aún enfrentan limitaciones como falta de financiamiento, brechas educativas y poca conexión entre la formación técnica y el mercado laboral. Estos problemas “siguen siendo desafíos grandes y reales para esta generación, que precisan oportunidades y soluciones efectivas para impulsar el desarrollo del país”, menciona.

Desempleo juvenil y emprendimientos forzados

emprendimiento - bolsa de papel
emprendimiento - bolsa de papel

Los datos más recientes sobre empleo juvenil confirman esta tensión. Según la Asociación de Institutos y Escuelas Superiores del Perú (ASIEES), la tasa de desempleo juvenil alcanzó el 30,7 % en 2023, mientras que el 59 % de jóvenes ocupados lo hizo en condiciones de informalidad. Además, entre 2019 y 2024 más de 160 mil jóvenes salieron del mercado laboral y otros 193 mil se convirtieron en “ninis”, es decir, ni estudian ni trabajan.

El contraste es claro: mientras los números de nuevos emprendimientos crecen, miles de jóvenes se ven excluidos del acceso a empleos adecuados. En Lima Metropolitana, donde se dispone de cifras más actualizadas, la ocupación juvenil cayó 15,3 % interanual en el primer trimestre de 2025, y la tasa de desempleo juvenil se mantuvo en dos dígitos, alcanzando el 11,3 %.

Javier Rubio, director general de IDAT, advirtió que, pese a algunos avances en formalización y empleo asalariado, la empleabilidad juvenil aún no alcanza los niveles previos a la pandemia.

“Si bien ha habido ligeros avances en formalización y empleo asalariado, aún no se recupera el nivel de empleabilidad previo a la pandemia. Muchos jóvenes deben trabajar más de 48 horas semanales para cubrir sus necesidades básicas, lo que restringe su desarrollo personal y profesional. Rubio hizo un llamado urgente a conectar la formación técnica con empleos dignos y sostenibles”, subrayó.

Los especialistas coinciden en que esta exclusión compromete el futuro del mercado laboral, ya que las características de los primeros empleos —o la falta de ellos— tienden a determinar las trayectorias laborales posteriores.