
Las verrugas en el cuello son bastante comunes y muchas personas las notan con preocupación. Sin embargo, en algunos casos esas protuberancias no son verrugas, sino manifestaciones de una condición llamada acantosis nigricans. Esta se asocia con la resistencia a la insulina, un problema metabólico que afecta a una parte significativa de la población peruana. Solo en Lima, un estudio halló que el 64,3 % de niños obesos presentaba acantosis nigricans y el 78 % de esos casos también tenían resistencia a la insulina.
Además, el Ministerio de Salud (Minsa) ha advertido que la resistencia a la insulina y sus signos cutáneos, como la acantosis nigricans, son frecuentes en personas con sobrepeso y obesidad, condiciones muy prevalentes en el país. Por su parte, el Seguro Social de Salud (EsSalud) advierte que esas manchas oscuras en cuello, axilas o entrepiernas pueden indicar un riesgo inminente de diabetes, ya que están vinculadas con resistencia a la insulina, el primer paso antes de la diabetes tipo 2. Por ello, es muy importante distinguir entre verrugas y acantosis nigricans: no son lo mismo y su manejo y significado para la salud son muy diferentes.
¿Qué son las verrugas?

Las verrugas son lesiones de la piel causadas por ciertos tipos del virus del papiloma humano (VPH). Suelen tener aspecto rugoso, redondeado y elevado, y pueden variar en tamaño. Además del cuello, se encuentran comúnmente en áreas como manos, pies (especialmente las verrugas plantares), cara, rodillas y codos. Ante la mínima abrasión o roce, el virus puede propagarse, formando múltiples verrugas alrededor del sitio inicial. Suelen ser benignas, aunque pueden ser molestosas o estéticamente indeseadas. El tratamiento puede incluir crioterapia, ácido salicílico, láser o eliminación quirúrgica según su tamaño y localización.
¿Qué es la acantosis nigricans?
La acantosis nigricans es una afección cutánea caracterizada por manchas de color grisáceo o café oscuro, con textura aterciopelada, engrosada y a veces con pliegues similares a pequeñas verrugas. Se observa frecuentemente en pliegues como el cuello, axilas, ingles, zona submamaria, entre muslos y más raramente en mucosas. No se trata de una infección viral, sino de una manifestación dermatológica de alteraciones metabólicas, especialmente la resistencia a la insulina. El exceso de insulina estimula factores de crecimiento en la piel, provocando hiperqueratosis e hiperpigmentación. En muchos casos, la acantosis nigricans es un marcador precoz de riesgo metabólico, particularmente en personas con obesidad, predisposición a diabetes tipo 2 o síndrome metabólico.
Diferencia entre las verrugas del cuello y la acantosis nigricans

Estas son las diferencias clave entre las verrugas del cuello y la acantosis nigricans:
- Causa
- Verrugas: infección dermatológica por virus del papiloma humano (VPH).
- Acantosis nigricans: reacción cutánea secundaria a alteraciones metabólicas, especialmente resistencia a la insulina.
- Apariencia
- Verrugas: lesiones elevadas, con superficie rugosa y bien delimitadas.
- Acantosis nigricans: áreas oscuras, engrosadas, aterciopeladas, difusas y en pliegues.
- Contagio
- Verrugas: son contagiosas por contacto directo o autoinoculación.
- Acantosis nigricans: no es contagiosa en absoluto.
- Implicancias para la salud
- Verrugas: generalmente benignas; raramente derivan en complicaciones graves salvo si afectan áreas sensibles o hay muchos brotes.
- Acantosis nigricans: indica alto riesgo metabólico (resistencia a la insulina, diabetes tipo 2, síndrome metabólico), condición que requiere evaluación médica y posible intervención preventiva.
- Tratamiento
- Verrugas: se eliminan directamente (crioterapia, ácido, láser).
- Acantosis nigricans: se trata mejorando la causa metabólica (modificación del estilo de vida, control de peso, tratamiento de la resistencia a la insulina).
Cómo identificar si tienes verrugas o acantosis nigricans
Si tienes verrugas o manchas oscuras en el cuello y sospechas que podrían ser acantosis nigricans, es importante realizar exámenes médicos que permitan diferenciar ambas condiciones. El médico puede solicitar análisis de glucosa en sangre en ayunas, hemoglobina glicosilada (HbA1c) y prueba de tolerancia a la glucosa para evaluar resistencia a la insulina o riesgo de diabetes. También pueden pedirse pruebas de perfil lipídico y evaluación del índice de masa corporal. En algunos casos, se indica una biopsia de piel para confirmar el diagnóstico. Consultar con un dermatólogo o endocrinólogo es fundamental para un manejo adecuado.



