
El Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del Estado (Fonafe) destinó S/ 45 millones a Agrobanco con el objetivo de reforzar el acceso a créditos de pequeños agricultores. La inyección de capital busca consolidar la sostenibilidad de la entidad financiera y ampliar su alcance en las zonas rurales del país.
Con esta medida, se fortalece el patrimonio del banco especializado en microfinanzas agropecuarias, al mismo tiempo que se mejora su capacidad para atender las necesidades de productores familiares, considerados un pilar fundamental en la seguridad alimentaria nacional.
Impacto en el financiamiento
“Este aporte de capital es un voto de confianza en los avances logrados por nuestra gestión”, señaló Percy Medina, presidente del Directorio de Agrobanco. Añadió que el compromiso de la institución es seguir acercando financiamiento en mejores condiciones a los agricultores.
El respaldo de Fonafe incrementa el patrimonio neto del banco y mejora sus ratios de capital, lo que permite destinar mayores recursos al agro. Actualmente, Agrobanco ha desembolsado más de S/ 918 millones en créditos en lo que va del año, cifra que representa un crecimiento de 12% respecto al 2024.

Fortalecimiento institucional
El aporte también contribuirá a mejorar la infraestructura física y digital de la entidad, asegurando operaciones más sostenibles. “El respaldo de Fonafe permitirá que Agrobanco fortalezca su red de agencias, amplíe la presencia en zonas rurales y potencie productos crediticios diseñados para incrementar la productividad y resiliencia de los pequeños productores”, afirmó Ricardo Lora, gerente general.
“Con estos recursos, construiremos un banco cada vez más eficiente, rentable y sostenible”, puntualizó Lora, destacando que el esfuerzo conjunto con Fonafe marcará una etapa clave para el desarrollo del sector agrícola.
¿Qué son los Agrobancos?
Agrobanco es el banco público dedicado al financiamiento del campo peruano: una entidad del Estado creada para facilitar crédito a pequeños y medianos productores agropecuarios que, por su tamaño y ciclo productivo, suelen quedar fuera de la banca comercial tradicional. Su razón de ser es promover la inclusión financiera rural y apoyar la agricultura familiar mediante productos adaptados a temporadas de siembra, crianza y comercialización; actúa como instrumento del Estado para canalizar recursos hacia actividades agropecuarias que requieren plazos y condiciones distintos a los del mercado.
En la práctica, Agrobanco otorga líneas diseñadas para capital de trabajo, cosecha, acopio, comercialización y mejoras productivas, además de programas específicos como créditos para productoras (Crédito AgroMujer) y esquemas dirigidos a organizaciones agrarias. Sus créditos suelen contemplar plazos y periodos de gracia alineados con el calendario agrícola, y además ofrece asistencia técnica y acompañamiento para elevar la productividad y reducir riesgos.

En los últimos años, la entidad ha venido creciendo en colocaciones y desembolsos: por ejemplo, de enero a octubre de 2024 reportó desembolsos por S/ 947,4 millones que beneficiaron a más de 70 mil pequeños productores, y al cierre de 2023 consolidó resultados financieros positivos con expansión de cartera minorista.
Más allá de sus productos, Agrobanco se presenta hoy como una pieza clave para la reactivación rural y la bancarización del interior del país, pero también está en debate público sobre su rol y alcance.
El banco proyectó desembolsos ambiciosos para 2025 y el Congreso ha discutido iniciativas para aumentar su capacidad de crédito y facilitar mecanismos de pago para prestatarios, lo que refleja tanto el interés por potenciar su papel como las tensiones sobre cómo articularlo con políticas públicas y actores privados. Esa discusión incluye propuestas para ampliar funciones —por ejemplo, convertirlo en un actor más activo en desarrollo agrario— y voces que advierten sobre los riesgos de transformar su naturaleza como banco de fomento.



