
En la actualidad, el estilo de vida moderno ha traído consigo un aumento de problemas musculoesqueléticos, entre ellos la cervicalgia, es decir, el dolor en la zona del cuello. Factores como la exposición prolongada a pantallas, el uso inadecuado del celular, la falta de actividad física y el estrés han hecho que este malestar sea cada vez más frecuente en la población peruana.
Según el Ministerio de Salud (Minsa), los trastornos musculoesqueléticos representan una de las causas más comunes de consulta en los centros de atención primaria. A su vez, el Seguro Social de Salud (EsSalud) ha advertido que el dolor cervical es uno de los motivos más frecuentes de descanso médico, ya que afecta la productividad y la calidad de vida de los trabajadores.
Si bien la cervicalgia puede tener múltiples causas, existen estrategias que permiten prevenirla y aliviarla para evitar complicaciones mayores.
Cómo prevenir el dolor cervical
La prevención de la cervicalgia está relacionada principalmente con cambios en los hábitos diarios:
- Mantener una buena postura
- Evitar inclinar demasiado la cabeza hacia adelante al usar el celular o la computadora.
- Ajustar la pantalla del monitor a la altura de los ojos para evitar tensión en el cuello.
- Realizar pausas activas
- Cada 45 a 60 minutos, levantarse, estirarse y mover suavemente el cuello.
- Incluir ejercicios de movilidad y estiramiento en la rutina diaria.
- Fortalecer la musculatura cervical y dorsal
- Realizar ejercicios de fortalecimiento de espalda y hombros que ayuden a soportar mejor la carga postural.
- Dormir en una postura adecuada
- Usar una almohada ergonómica que mantenga alineada la columna cervical.
- Dormir de costado o boca arriba, evitando la posición boca abajo.
- Reducir el estrés
- Practicar técnicas de relajación como el yoga, la meditación o la respiración profunda, ya que la tensión emocional puede aumentar la rigidez muscular.
Cómo aliviar el dolor cervical

Cuando el dolor cervical ya está presente, existen medidas que pueden ayudar a disminuirlo:
- Aplicar calor local: una compresa tibia o ducha caliente ayuda a relajar los músculos.
- Masajes suaves: realizados por un profesional pueden reducir la contractura muscular.
- Medicamentos analgésicos o antiinflamatorios: siempre bajo indicación médica.
- Fisioterapia: incluye técnicas como ultrasonido, ejercicios específicos y terapia manual para mejorar la movilidad.
- Ejercicios de estiramiento: movimientos suaves de rotación y flexión del cuello, evitando brusquedad, pueden disminuir la rigidez.
En casos donde el dolor es intenso, persiste por varias semanas o se acompaña de síntomas neurológicos (adormecimiento, pérdida de fuerza), se debe acudir al médico para descartar hernias cervicales u otros problemas más graves.
Síntomas de la cervicalgia
La cervicalgia se manifiesta con distintos signos que pueden variar en intensidad:
- Dolor en la zona del cuello que puede irradiar hacia los hombros, la espalda alta o incluso los brazos.
- Rigidez y dificultad para mover el cuello.
- Dolor de cabeza de tipo tensional, originado por la contractura muscular cervical.
- Sensación de hormigueo o adormecimiento en brazos y manos, en casos más severos.
- Mareos o sensación de inestabilidad en algunos pacientes.

Reconocer estos síntomas a tiempo es clave para diferenciar un cuadro de cervicalgia simple de otros problemas más serios que requieren evaluación médica inmediata.
Cómo la cervicalgia afecta la salud
Aunque muchas veces se considera un malestar pasajero, la cervicalgia puede tener consecuencias importantes en la vida diaria:
- Productividad laboral reducida: el dolor y la rigidez dificultan la concentración y el rendimiento en el trabajo.
- Trastornos del sueño: las molestias pueden empeorar por la noche y afectar el descanso.
- Limitación en actividades cotidianas: tareas simples como conducir, cargar peso o girar la cabeza se vuelven difíciles.
- Impacto emocional: el dolor crónico se asocia a mayores niveles de ansiedad y estrés.
Si no se trata adecuadamente, la cervicalgia puede evolucionar hacia un dolor persistente y limitar de forma considerable la calidad de vida.