
El gerente general de Transportadora de Gas del Perú (TgP), Tomás Delgado, advirtió durante el evento Gas Natural Perú 2025 sobre la existencia de una profunda “hambre regulatoria” en el sector administrado por Perupetro y el Ministerio de Energía y Minas (Minem), el cual afecta el desarrollo de infraestructura en el sector gasífero y limita el acceso equitativo a la energía en el país.
Durante su ponencia, Delgado expresó que este descalabro obedece a la prevalencia de una visión centrada en el corto plazo y en medidas de eficiencia operativa, por encima de la generación de condiciones que incentiven inversiones privadas que aseguren una mayor cobertura. “Tenemos una ‘hambre regulatoria’, de tarifas de corto plazo, de que los OPEX sean eficientes, pero no hay nadie ni siquiera pensando en promover inversiones con reglas claras”, declaró.
Regulación restrictiva ahuyenta inversiones en el gas peruano: TgP
TgP, empresa de CPP Investments que será próximamente absorbida por EIG, opera el mayor sistema de transporte de hidrocarburos por ductos del país, con 880 kilómetros de gasoductos y 560 kilómetros de tuberías para líquidos de gas natural, cubriendo desde los campos de Camisea en la selva peruana hasta zonas industriales, urbanas y portuarias de costa y sierra. La capacidad del sistema pasó de 314 millones de pies cúbicos diarios (MMPCD) en 2004 a 1.540 MMPCD en la actualidad, multiplicando por cinco el volumen establecido originalmente en el contrato.
La empresa opera en un contexto social complejo, ya que se relaciona con 189 localidades a lo largo de un corredor energético clave que atraviesa selva, sierra y costa. Pero parte de este corredor, que integra el denominado “Eje Energético del Gas de Camisea”, se encuentra hoy bajo un estado de emergencia por el permanente avance del crimen y el narcotráfico. El resguardo de TgP en este corredor, con monitoreo permanente a través del sistema SCADA, se mantiene bajo alta vigilancia dadas las tensiones sociales y económicas de la zona.
Gas natural en Perú: ¿un entorno regulatorio que limita los ductos?
Delgado describió la evolución del sector energético peruano durante las últimas dos décadas y destacó que, mientras el marco normativo eléctrico ha promovido y mantenido reglas estables que incentivan la inversión privada y la ampliación de la infraestructura, el sector del gas natural transitó hacia un escenario restrictivo, caracterizado por una falta de incentivos y una creciente presión regulatoria.
“La promoción del sector gas natural tuvo un quiebre negativo. Necesitamos aumentar la cobertura y descentralizar los beneficios del gas natural para hacer más competitivo y equitativo al país. Es necesario actualizar el marco normativo con nuevas herramientas, adecuadas para este nuevo entorno y considerando las nuevas normas sobre APPs”, puntualizó Delgado durante su intervención ante autoridades y representantes del sector privado.
El gerente general de TgP ilustró este fenómeno con ejemplos recientes, como la entrega de concesiones por parte de distribuidores privados y la entrada del Estado como operador, procesos motivados según el directivo por una regulación cada vez más exigente y tarifas controladas sin previsibilidad financiera para las inversiones de largo plazo.

La cobertura del gas natural, un reto pendiente para TgP
Uno de los principales cuestionamientos de Delgado al actual modelo regulatorio es la baja cobertura residencial del gas natural en Perú, que alcanza únicamente al 20% de los hogares, frente al 65% reportado en Colombia y Argentina, o el 41% de Bolivia. A nivel nacional, el acceso al gas está altamente concentrado en Lima y regiones adyacentes, mientras que en el norte y sur la cobertura es considerablemente menor. Esta situación, según el directivo, traduce la pobreza energética en desventaja competitiva para los consumidores residenciales e industriales del interior del país.
“La diferencia de competitividad en las tarifas que pagan los consumidores finales entre Lima, el norte y el sur es tremenda. ¿Por qué? Por falta de infraestructura, porque no hay una estructura que nos permita llevar el gas tan competitivamente como en Lima”, indicó Delgado.
A modo de comparación regional, Colombia cuenta con 7.000 kilómetros de ductos de transporte, Bolivia con 4.000, mientras Perú mantiene esencialmente la infraestructura construida hace dos décadas, con solo ampliaciones de capacidad pero sin nuevos proyectos de similar magnitud.
El proyecto estratégico de TgP: un ducto de US$2.000 millones al sur
En este contexto, TgP ha presentado al Gobierno peruano la propuesta de un nuevo gasoducto de 2.000 millones de dólares enfocado en el abastecimiento del sur del país, cuya viabilidad estará sujeta a la renovación del contrato de operación, que vence en 2033. La obra busca extender la red de transporte de gas natural a zonas actualmente no cubiertas y responde tanto a la necesidad industrial como al rezago en acceso residencial.
De concretarse, el ducto contribuiría a la diversificación de fuentes de energía y apoyaría la cobertura de industrias y hogares en zonas con demanda insatisfecha. La compañía considera que este tipo de iniciativas requiere un entorno normativo estable, con reglas claras y mecanismos de promoción para viabilizar la magnitud del capital comprometido y generar confianza en los financiadores.
“Si tú quieres invertir en infraestructura de transporte de gas, tienes que hacer una gran inversión y después te espera el regulador dentro de cuatro años para decidir si fuiste eficiente. Así no funciona el mundo y así nadie invierte en infraestructura”, sentenció.