
El Centro de Conservación del cocodrilo americano en Tumbes es, sin duda, un destino turístico y educativo de gran relevancia. Cada año, miles de visitantes llegan a conocer de cerca a estos impresionantes reptiles y aprender sobre los esfuerzos de conservación que se realizan en la región.
Solo en lo que va del año, el centro ha recibido 37,464 turistas, quienes se interesan por la crianza y protección del cocodrilo americano (Crocodylus acutus), la única especie de su tipo en el país.
La mayor afluencia de visitantes se registra durante los meses de enero y febrero, coincidiendo con la temporada de verano y las vacaciones escolares. Entre los turistas destacan familias, estudiantes universitarios y visitantes internacionales, quienes representan aproximadamente el 20% del total de ingresos. Esta variedad de público refleja el interés nacional e internacional por la conservación y el turismo educativo en Tumbes.
El centro opera bajo la administración del Ministerio de la Producción, a través del Fondo Nacional de Desarrollo Pesquero (Fondepes), y trabaja en coordinación con Iperú y la Dirección Regional de Turismo de Tumbes para fortalecer la promoción de sus programas educativos y turísticos.
Más de 300 ejemplares en un solo lugar
El Centro de Acuicultura de Tuna Carranza alberga actualmente 321 cocodrilos americanos, desde juveniles hasta los primeros reproductores. Durante los recorridos, que duran aproximadamente 20 minutos, los visitantes pueden observar a los reptiles en distintas etapas de desarrollo y participar en charlas informativas sobre la importancia de proteger esta especie catalogada como vulnerable.

El ingreso tiene un costo accesible: S/ 3,50 para adultos y S/ 1,50 para niños, con atención de lunes a domingo, de 8:00 a.m. a 6:00 p.m. Esta accesibilidad contribuye a que familias y estudiantes puedan disfrutar de la experiencia educativa, mientras se fomenta la concienciación sobre la conservación de la fauna local.
Además de su función turística, el centro realiza actividades de investigación y reproducción en cautiverio, asegurando la supervivencia del cocodrilo americano y promoviendo un turismo sostenible en Tumbes. La combinación de educación, conservación y recreación convierte al centro en un modelo de protección de especies y desarrollo local.
Visitar el Centro de Conservación del cocodrilo americano no solo permite observar a estos reptiles de cerca, sino también conocer los esfuerzos que se realizan para protegerlos y garantizar que futuras generaciones puedan disfrutar de esta especie única de Perú.
El cocodrilo americano, el gigante de Tumbes
El cocodrilo americano (Crocodylus acutus) es una de las especies más emblemáticas que habitan en Tumbes, región norte de Perú. Se trata de uno de los cocodrilos más grandes de América, capaz de superar los cinco metros de longitud, aunque en esta zona generalmente se encuentran ejemplares de entre 2 y 4 metros. Su cuerpo verde oliva o gris, combinado con un hocico alargado y dientes visibles incluso con la boca cerrada, lo hace inconfundible.
Estos reptiles prefieren ríos, estuarios, manglares y lagunas costeras, especialmente dentro de la Reserva Nacional de Tumbes y en manglares cercanos a la costa. Su capacidad de adaptarse a aguas dulces y salobres les permite moverse con facilidad entre distintos ecosistemas, contribuyendo al equilibrio ecológico de la región.

Como depredadores ápice, son solitarios y activos principalmente de noche, aunque también se les observa tomando el sol durante el día. Se alimentan de peces, aves, mamíferos pequeños e incluso carroña, controlando poblaciones y manteniendo la salud del ecosistema.
A nivel mundial, el cocodrilo americano está catalogado como vulnerable. En Perú, es una especie protegida, pero enfrenta amenazas como caza ilegal, destrucción de manglares y conflictos con pobladores. Su conservación no solo asegura la supervivencia de la especie, sino que también protege los ríos y manglares del norte del país, ecosistemas vitales para la biodiversidad y el turismo sostenible.