En el distrito de Santiago de Surco, el servicio de taximoto —moto lineal que transporta pasajeros como taxi— continúa funcionando pese a estar prohibido por ley en casi todo el Perú. Lo más preocupante es que esta modalidad de transporte ilegal se desarrolla a la vista y paciencia de agentes de Serenazgo y la Policía Nacional del Perú (PNP), sin que se impongan sanciones ni se realicen operativos de fiscalización permanentes.
El servicio se concentra principalmente en la estación Cabitos de la Línea 1 del Metro de Lima, donde varios motociclistas permanecen estacionados a la espera de clientes. Aunque la norma nacional establece que este tipo de transporte solo está permitido en Madre de Dios, en Surco y otros distritos limeños se mantiene activo en paraderos informales, desafiando directamente la autoridad de las instituciones encargadas de la seguridad ciudadana y el control vehicular.
De acuerdo con un informe de Latina Noticias, al menos ocho taximotos ofrecen viajes en la calle Alicante, en Surco. El espacio público ha sido convertido en paradero improvisado, y los propios jardines son utilizados como baños por los conductores. Estas imágenes muestran no solo el carácter informal e ilegal del servicio, sino también el descuido de la vía pública y la ausencia de fiscalización municipal.
La permanencia de los taximotos no es un fenómeno aislado en Surco. En otras estaciones de la Línea 1 y del Metropolitano, como La Cultura en San Borja o en zonas de Surquillo y Miraflores, los paraderos informales proliferan. La explicación radica en la falta de transporte público formal suficiente, pero eso no cambia un hecho central: se trata de un servicio que viola la ley y expone a los usuarios a graves riesgos.

Pasajeros arriesgan su seguridad por ahorrar tiempo
Pese a la ilegalidad, muchos pasajeros siguen optando por subir a un taximoto. El atractivo principal es la rapidez y el precio. Viajes cortos en estos vehículos se cobran entre S/ 5 y S/ 6 hasta Miraflores, aunque los usuarios saben que exponen su vida.
Un transeúnte entrevistado explicó: “Creo que por llegar un poco más rápido, sí, pero nunca he llegado a tomarlo por seguridad, creo yo”. La declaración refleja la desconfianza generalizada, pero también la tentación de usar este servicio ilegal por necesidad.
En un recorrido encubierto, un reportero comprobó que un viaje desde el óvalo Higuereta hasta Miraflores costaba S/ 10. Aunque el conductor entregó un casco, no había garantía de que la moto contara con SOAT ni seguro de accidentes, lo que agrava el carácter irregular del servicio.
Motociclistas reconocen operar sin control
El propio testimonio de los conductores confirma la ausencia de fiscalización. Uno de los taximotistas entrevistados reconoció: “Cuando ven mucha aglomeración (sí interviene la Policía o Serenazgo), ahí sí pe”.

Esto demuestra que el control es esporádico y débil, lo que permite que la actividad ilegal siga creciendo sin temor a sanciones. En la práctica, la falta de intervención de la PNP y Serenazgo legitima el servicio informal, aunque la normativa lo prohíbe expresamente.
Seguridad vial en alerta por el crecimiento de taximotos
Los especialistas coinciden en que el uso de taximotos representa un peligro inminente. Luis Quispe Candia, presidente de la ONG Luz Ámbar, explicó que este servicio carece de toda regulación y deja a los pasajeros en completa indefensión.

“No existe ninguna norma que regule ese servicio y, por el contrario, están poniendo en peligro la vida de las personas. No se sabe si esos vehículos tienen SOAT o no tienen SOAT. Si no tienen SOAT, pues las consecuencias van a ser impredecibles. Pueden morir y sin ningún auxilio de ninguna naturaleza”, advirtió.
El Observatorio Nacional de Seguridad Vial recuerda que los motociclistas son uno de los grupos más vulnerables en los accidentes de tránsito: solo entre enero y julio de este año murieron 448 conductores de moto en el país y 71 resultaron heridos. En ese contexto, usar un taximoto sin seguro ni protección adecuada aumenta exponencialmente la posibilidad de muerte en caso de accidente.