
El periodista peruano Ricardo Quintana Chávez, quien emigró a Estados Unidos en 2021, vive una pesadilla que, según dice, comenzó por un hecho menor: vender ceviche en una playa. Tras recibir una multa y pagarla, fue arrestado por autoridades migratorias debido a su estatus migratorio, bajo nuevas normativas más estrictas.
Desde entonces ha pasado por cuatro cárceles y actualmente se encuentra detenido en el centro migratorio “Alligator Alcatraz”, en Florida, una prisión de máxima seguridad implantada por el gobierno de Donald Trump y rodeada de pantanos y caimanes, conocida por sus condiciones extremas y su aislamiento.
Condiciones extremas tras las rejas
En comunicación con el programa Cuarto Poder, Quintana describió el lugar como una “jaula” de 13 metros por 9, donde convive con 32 internos, algunos condenados por delitos graves. Relató que las jornadas empiezan a las 5:30 a.m., con apenas 10 minutos para comer, y que cualquier alimento sobrante es confiscado. El almuerzo —dice— suele ser un sándwich completamente helado, servido en un comedor a temperaturas muy bajas.
“Las condiciones son infrahumanas. Estás enjaulado las 24 horas del día, la gente se vuelve loca y uno se deteriora emocional y físicamente”, expresó. Afirma que ha sufrido maltrato psicológico por parte de guardias y que soporta temperaturas extremas, con poco acceso a agua potable y alimentación adecuada.
Una detención que empezó con ceviche
El arresto de Quintana ocurrió el 20 de julio, cuando fue intervenido en una playa de Florida por vender ceviche sin permiso. Aunque pagó la multa de 180 dólares, agentes migratorios lo detuvieron por su estatus migratorio irregular. “Mi delito fue vender ceviche… hice todo por la vía legal, pero con las nuevas leyes parece que ya no sirve”, declaró.
Desde su detención ha sido trasladado por distintas prisiones hasta llegar a Alligator Alcatraz, y recientemente, a una cárcel en Texas, donde espera una audiencia de inmigración. Considera incluso la autodeportación como salida a su encierro.
El clamor de su madre en Perú
En Lima, su madre de 81 años clama por su liberación. “Mi hijo no es delincuente, no es ladrón ni criminal. Es una persona honesta que trabajaba para salir adelante”, dijo entre lágrimas. La mujer pide la intervención de las autoridades peruanas y del Consulado en Estados Unidos.
Quintana no cuenta con abogado y asegura que no puede pagar los honorarios, que superan los mil dólares. “Necesito un abogado que pueda adelantar mi corte para salir bajo fianza”, pidió.

Audiencia postergada
El periodista tenía programada una audiencia para su solicitud de asilo político el 22 de agosto, pero fue postergada, prolongando su detención. Las llamadas a su familia son restringidas: solo puede comunicarse una vez al día y por dos minutos y medio.
“Ya no soporto el encierro. No he robado ni estafado a nadie, no he cometido ningún delito como para estar privado de mi libertad”, afirmó.
La controversial prisión ‘Alligator Alcatraz’
El centro migratorio donde estuvo recluido Quintana ha recibido múltiples denuncias por hacinamiento, comida en mal estado, falta de higiene, calor extremo, insectos y ausencia de atención médica. Según la agencia EFE, legisladores han denunciado que los detenidos conviven en jaulas con hasta 32 personas y enfrentan condiciones insalubres.
Cabe señalar que la Administración Trump planteó expandir este modelo de detención a otros puntos del país, buscando ubicarlos cerca de aeropuertos para facilitar deportaciones. Sin embargo, la ampliación de Alligator Alcatraz fue frenada temporalmente por una jueza federal, tras una demanda de grupos ambientalistas y una tribu originaria que alegan violaciones a leyes medioambientales.