Ganarle a la ilegalidad (a tiempo)

Pesca ilegal amenaza recursos y seguridad en Perú; urge frenar construcción clandestina, fortalecer controles y usar tecnología satelital para proteger empleo, alimentos y soberanía marítima antes de que sea demasiado tarde

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La pesca ilegal no solo
La pesca ilegal no solo pone en riesgo la sostenibilidad de los ecosistemas marinos, sino que además alimenta el desarrollo de otras actividades criminales. Foto: FAO

Todos los peruanos hemos visto la complejidad del problema de la minería ilegal en el Perú. Compatriotas asesinados, millones de dólares en ganancias perdidas para el país, miles de hectáreas deforestadas, violencia, y miedo generalizado, entre otros problemas graves. Este problema tiene décadas y cada día que pasa crece la sensación de que resolverlo hoy es más complejo que nunca.

Con tremenda lección, haríamos bien como país en no permitir que suceda lo mismo con otras actividades económicas. Un ejemplo claro es la pesca. Actividad de la que dependen miles de familias y de la que nos alimentamos millones de peruanos.

La pesca ilegal tiene efectos concretos hoy: hace que los pescadores trabajen cada día más, pero ganen cada vez menos plata, genera violencia y pone en peligro la vida de los hombres de mar que le hacen frente, abre la puerta a la corrupción de malas autoridades, y pone en riesgo uno de los principales recursos naturales del país. Un recurso que si los peruanos cuidamos bien puede darnos alimento y empleo para siempre.

Flota extranjera operando cerca de
Flota extranjera operando cerca de las 200 millas peruanas, bajo vigilancia satelital.

La buena noticia es que aún estamos a tiempo de evitar situaciones tan profundas como las de la minería ilegal, y que aunque las soluciones no son sencillas, son muy claras. Pescadores artesanales de todo el litoral, gremios empresariales, sectores académicos y organizaciones de la sociedad civil, coinciden en que una prioridad urgente es ponerle freno a la construcción ilegal de embarcaciones, que a pesar de ser ya un delito en nuestro Código Penal, sigue dándose a vista y paciencia de todos. ¿Cómo frenarla? Realizando operativos de interdicción, para lo que se requiere de esfuerzos coordinados entre el Ministerio Público, la Policía y Ministerio de la Producción; fortaleciendo el control en los puntos de desembarque, y frenando nuevos intentos de reabrir procesos tardíos de formalización, que solo incentivarían que la flota (ya sobredimensionada) siga creciendo de forma ilegal.

Otro ejemplo de solución contra la ilegalidad es el uso de tecnología. Tener seguimiento satelital en cada embarcación fue clave para terminar con la clonación de embarcaciones en la pesca industrial años atrás. Lo mismo debe suceder para las demás flotas, para asegurar que no se cuelen barcos fantasma, que cada quien pesque en el lugar autorizado, que nuestra flota peruana pueda acceder a más mercados internacionales, cerrarle espacios a la corrupción y lo más importante, que ningún pescador pierda la vida porque su embarcación se perdió en medio del mar. El uso del sistema satelital también es una herramienta de defensa para países como el nuestro, frente a la constante presión de embarcaciones extranjeras que pululan alrededor de nuestras 200 millas para aprovechar la riqueza de nuestro mar.

Embarcaciones chinas bordean las 200
Embarcaciones chinas bordean las 200 millas de mar peruano y ponen en riesgo la pesca de pota| Daniel Olivares/Andina

Hay algunas buenas señales. En el caso de la construcción de embarcaciones en astilleros ilegales, las fiscalías ya tienen un protocolo claro para perseguir este delito. Además, en el Congreso se han rechazado los intentos legislativos de reabrir procesos de formalización para legalizar barcos fantasma. En el caso del uso de la tecnología satelital, desde el Gobierno ya se han definido plazos claros para la implementación progresiva del sistema en diversas pesquerías. Incluso se ha obligado a las flotas extranjeras a compartir su información de seguimiento satelital si quieren ingresar a puertos peruanos, lo que ha reducido los ingresos de la flota china a aguas peruanas.

A pesar de estos avances, la realidad nos muestra cada día que aún se requiere imprimirle un mayor sentido de urgencia a este asunto de la ilegalidad, que debería ser el tema central de cualquier agenda vinculada con la pesca. La mejor forma de evitar que la ilegalidad siga ganando espacios en nuestro país es unir esfuerzos para responder a sus avances a tiempo.