
El proceso para reactivar el Lote 192, el principal campo petrolero de Perú, avanza hacia un esquema en el que Petroperú cede la mayor parte del control operativo y de beneficios a la privada Upland Oil, de capitales peruanos y extranjeros (estadounidense e inglés). La propuesta entregada por la firma a Perupetro plantea un reparto de 79% para Upland Oil y apenas 21% para Petroperú, dejando a la empresa estatal en una posición claramente secundaria.
De acuerdo con fuentes consultadas por Infobae Perú, ese 21% solo subiría a 23% a favor de Petroperú si el precio internacional del barril de petróleo supera los 60 dólares en los dos primeros años de contrato, una mejora marginal frente a la reducción real de influencia de la petrolera estatal. Bajo el esquema anterior, la participación era de 61% para Altamesa Energy y 39% para la Petroperú, con la posibilidad de que la estatal aumentara a 49% si el precio internacional del barril de petróleo superaba la valla antes mencionada.
Lote 192: Petroperú se convierte en garante ante Perupetro mientras negocia con Upland Oil
Con el Lote 192 paralizado por más de cinco años y una pérdida acumulada superior a 1.500 millones de dólares para el Estado peruano, las expectativas iniciales apuntaban a reposicionar a Petroperú como operador o, al menos, como un socio con mayor peso estratégico tras la salida de Altamesa Energy.
Sin embargo, el nuevo concurso fue declarado desierto y Petroperú solicitó a Perupetro asumir la millonaria garantía del lote -decisión que ya fue aceptada, según información a la que accedió Infobae Perú- mientras iniciaba un proceso de negociación directa con varios interesados, entre ellos Petrotal, la colombiana New Stratus y Pacific Petroleum. Solo Upland Oil cumplió con los requisitos técnicos y económicos para clasificar, pero falta el visto bueno de Perupetro.

Upland Oil justifica ante Perupetro su propuesta de 79% en la capacidad de movilizar capital privado y experiencia en operaciones de hidrocarburos, como su contrato temporal por cuatro años en el Lote 8, exhibiendo una carta de compromiso de financiamiento por 100 millones de dólares y documentos de solvencia emitidos por una certificadora bajo la supervisión de la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV).
Su plan de trabajo en el Lote 192 se centra en el reacondicionamiento y perforación de 22 pozos para las próximas tres décadas, proyectando iniciar producción seis meses después de la firma del contrato y alcanzar una extracción de 1.200 barriles diarios, con una meta de hasta 12.000 barriles diarios en tres años, aunque la realidad de la actividad petrolera en la selva peruana tiende a ser imprevisible y costosa. Con Altamesa se esperaban 41 pozos.
Es falso que Upland Oil no cuente con espaldas financieras para asumir el Lote 192
Recientemente, la empresa de obtuvo la Calificación de Solvencia A- con perspectiva “estable” por parte de la calificadora JCR LATAM Clasificadora de Riesgos, superando incluso las notas de algunos bancos. La calificadora destacó que Upland posee la mejor estructura económica y financiera del sector petrolero, así como la mayor capacidad para cumplir con sus obligaciones en plazos y condiciones pactadas en el Lote 192. Según JCR LATAM, existe una bajísima probabilidad de que cambios en el entorno económico o en el sector alteren su solvencia y sostenibilidad.
El acuerdo propuesto por Upland Oil incluye además la creación de un fondo social equivalente al 2,5% y el pago de una regalía de alrededor del 18%, porcentajes similares a los que rigieron en contratos previos que no revirtieron la tendencia de ingresos decrecientes para el Estado. La estructura deja a Petroperú sin mayor aporte operacional ni capacidad de decisión, frente a un socio privado que concentra el control y los ingresos, aunque también los riesgos del proyecto.
Es preciso mencionar que el pasado martes 22 de julio, Upland Oil cumplió con presentar los documentos financieros, legales y técnicos a Perupetro para la calificación de Socio Operador, para luego firmar el Memorándum de Entendimiento – MOU con Petroperú. Del mismo modo, Upland Oil ya envió, junto a otras empresas, cartas de interés por el vecino Lote 64, aunque su desembarco allí dependerá de los resultados en el Lote 192, según fuentes cercanas al proceso.

Upland Oil y el Lote 8: antecedentes en la industria petrolera peruana
Upland Oil & Gas es una empresa peruana con casi 20 años de trayectoria en el sector hidrocarburos. Su estructura de capital integra inversiones peruanas, estadounidenses e inglesas, y concentra sus operaciones en la Selva Norte y la Costa Norte del país. Desde su llegada a Perú, la compañía ha invertido más de 50 millones de dólares en proyectos de exploración y explotación de petróleo y gas.
Actualmente, Upland Oil & Gas opera el Lote 8 en la provincia de Loreto, específicamente en los distritos de Trompeteros, Urarinas y Parinari, donde produce más de 4.500 barriles de petróleo diarios y abastece a la Refinería de Iquitos de Petroperú. La empresa considera que la reactivación de este campo, paralizado durante varios años, marca un hito y presenta un modelo de gestión social donde las comunidades locales tienen una participación directa.

En este yacimiento, el 2,5% de la facturación total del proyecto —un punto porcentual más de lo previsto contractualmente— se canaliza directamente a las comunidades mediante un fideicomiso. Además, Upland ha extendido este modelo ampliando el involucramiento a 18 comunidades adicionales, formalizando 19 empresas comunales que participan activamente en servicios de seguridad, reforestación, mantenimiento y otras actividades productivas.
Finalmente, la compañía proporciona a las comunidades servicios gratuitos de electricidad todo el año, medicinas, transporte y está desarrollando mejoras en la red de agua potable. El contrato para operar el Lote 8 tiene una vigencia de cuatro años desde julio de 2024.
Upland Oil y la cuestión de los lotes XXIII y XXIV
En el Lote XXIV, la empresa invirtió 36 millones de dólares entre 2007 y 2014 en actividades de exploración que incluyeron 300 kilómetros de sísmica, estudios de aeromagnetometría y la perforación de siete pozos, todos con resultados negativos. Al llegar el momento del abandono, Upland presentó en dos ocasiones el plan correspondiente, pero fue sancionada por el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), que pretendía aplicar retroactivamente una normativa de 2018 a operaciones realizadas bajo reglas previas.
Tras impugnar la sanción, Upland Oil logró que la Corte Superior de Justicia fallara a su favor en un recurso de amparo, sentando un precedente sobre la imposibilidad de aplicar normas de manera retroactiva a proyectos petroleros.

En el caso del Lote XXIII de Tumbes, Upland Oil acumula hasta ahora inversiones por 26 millones de dólares, según reportes oficiales. Los resultados han sido variables y todavía no se ha llegado a la Declaración de Comercialización. El lote se encuentra bajo una declaración de Fuerza Mayor, fundamentada y solicitada por la propia empresa y aceptada por Perupetro, con el proceso actualmente en vías de solución definitiva.
Upland Oil también ha sido cuestionada por una presunta cercanía con la abogada y expresidenta de Perupetro, Isabel Tafur Marín, en la época en que obtuvo la operación del Lote 8. Al respecto, desde la compañía se ha señalado de forma categórica que la profesional nunca ha tenido vínculo laboral o legal alguno con la empresa.



