
El pisco sour ocupa un lugar central en la cultura peruana como estandarte de la tradición coctelera. Este preparado, resultado de la combinación de pisco, jugo cítrico, azúcar líquida, clara montada y gotas de amargo, encarna la sofisticación de la barra nacional. Taste Atlas, guía internacional de sabores, lo sitúa en el primer peldaño de su ranking gastronómico de mejores bebidas alcohólicas peruanas con una valoración de 4.4 sobre 5.
Por su notoriedad en prestigiosos establecimientos y en celebraciones patrias, la mezcla ha cruzado fronteras, convirtiéndose en carta de presentación ante visitantes extranjeros. En restaurantes y festivales, comensales buscan degustar este trago de equilibrio y frescura, resultado de la interacción entre ingredientes autóctonos y técnicas artesanales.
No obstante, el dominio en la lista no es exclusivo. El chilcano, alternativa imprescindible dentro del repertorio etílico peruano, ha obtenido simultáneamente la mejor calificación de la plataforma. Este cóctel, elaborado con destilado vínico, ginger ale, zumo de limón y hielo, se dispone en vaso largo y muchas veces se decora con una rodaja de algún cítrico. Ocasionalmente, unas gotas de bitter enriquecen su aroma.

La popularidad de esta alternativa en bares y locales nocturnos responde tanto a la facilidad en su preparación como al efecto revitalizante en cada sorbo. Tal como explica Taste Atlas, el nombre proviene de una sopa tradicional confeccionada con cabeza de pescado, célebre por aliviar los excesos tras veladas extensas. Tanto el combinado como ese caldo se reconocen por sus virtudes reparadoras tras jornadas de fiesta.
La versatilidad de este trago permite integrar nuevos ingredientes y promueve múltiples variantes según la creatividad de cada barman. Esta cualidad, sumada a la rapidez con que se puede disfrutar, consolida su vigencia entre quienes buscan nuevas experiencias en la barra.

En la selección que realiza la misma guía destaca también el chicha sour, con un resultado de 4.3. Este festival de sabores une la tradicional infusión de maíz morado, jugo de lima, almíbar, clara y destilado nacional. Todos los componentes deben batirse enérgicamente, prescindiendo del hielo, para obtener una espuma característica.
Un puesto más atrás figura el canelazo, un preparado especiado que forma parte de la cultura de diversas regiones de Perú, así como Ecuador, Colombia y Argentina. Esta bebida caliente se elabora a partir de una infusión de agua con ramas de canela, a la que se añade azúcar o panela para otorgar dulzura y cuerpo.
Tradicionalmente, se enriquece con aguardiente, un destilado sudamericano transparente y de alta graduación, aunque en algunas versiones locales se utiliza ron o incluso se omite el alcohol para ofrecer una alternativa apta para todo público.
El reconocimiento conseguido en Taste Atlas evidencia la amplitud de opciones en la coctelería criolla. El trago bandera, junto con el chilcano y el chicha sour, exhibe la creatividad y originalidad de la tradición peruana, logrando situarse entre las propuestas más apreciadas por el público y especialistas gastronómicos a nivel internacional.
¿Cuál es la lista de la clasificación de Taste Atlas?
- Pisco sour (4.4)
- Chilcano (4.4)
- Chicha sour (4.3)
- Canelazo (4.2)
- Pisco (4.1)
- Chihca de jora (4.1)
- Caspiroleta (3.5)