El crimen del suboficial PNP José Gabriel Munive Gurmendi durante un enfrentamiento con asaltantes en La Victoria ha desatado cuestionamientos sobre las condiciones de seguridad en las que opera la Policía Nacional. El agente, de 44 años y con 16 años de servicio, recibió impactos en una zona sin protección del chaleco antibalas que llevaba, adquirido por él mismo debido a la falta de dotación oficial.
La situación reveló que desde hace más de un lustro la institución no renueva este tipo de equipos, según confirmó un especialista en seguridad. Aunque en los últimos años se iniciaron procesos de adquisición, estos fueron declarados desiertos o interrumpidos, dejando a miles de efectivos expuestos en las calles.
Testigos y reclamos por el equipo de protección
Una vendedora que presenció el hecho señaló que el policía no contaba con una placa que cubriera su costado. La falta de cobertura lateral fue determinante para que una de las balas le alcanzara en un punto vulnerable. La mujer manifestó su indignación y cuestionó por qué un agente debe asumir de su propio bolsillo la compra de un chaleco que debería ser proporcionado por el Estado.

Los familiares del suboficial denunciaron que no es un caso aislado. Indicaron que, ante la falta de equipamiento, muchos efectivos adquieren chalecos de menor calidad y cobertura reducida para ajustarse a su presupuesto. Estos modelos, más livianos y baratos, dejan áreas del cuerpo sin resguardo, aumentando el riesgo durante operativos.
Comparación entre chalecos y costos
En un taller especializado en Surco, el experto en seguridad Jorge Samudio mostró el tipo de chaleco que, según él, debería ser entregado reglamentariamente a los miembros de la PNP. Este modelo, con protección completa en la parte frontal, la espalda y los costados, tiene un precio promedio de S/ 1800. En contraste, el que utilizaba Munive costaba aproximadamente la mitad y ofrecía una cobertura limitada.
Samudio explicó que el material balístico se vende de acuerdo al tamaño y que, por un tema de costos, los chalecos con menor superficie de protección resultan más accesibles para los policías. Precisó que, si el suboficial hubiera contado con el modelo reglamentario, probablemente habría tenido más posibilidades de sobrevivir.

Falta de renovación desde hace cinco años
El especialista aseguró que la PNP no adquiere chalecos antibalas desde hace más de cinco años. Comentó que, aunque se han abierto diferentes licitaciones, estas no se concretaron por motivos que calificó de “extraños”. En 2024, una empresa incluso llegó a la etapa de firma de contrato, pero el proceso fue declarado desierto sin mayores explicaciones.
Esta situación genera que la dotación existente esté desgastada por el uso y que los nuevos ingresos a la institución deban costear su propio equipo. Samudio remarcó que la cobertura lateral es clave para repeler impactos que no van dirigidos de frente, como ocurrió en el caso de Munive.
Preguntas sin respuesta para el Ministerio del Interior

La revelación sobre la falta de compras y el retraso en los procesos de adquisición abre interrogantes hacia el Ministerio del Interior. Entre las dudas que quedaron planteadas están las razones por las que se anularon licitaciones ya avanzadas y quiénes son los responsables directos de esta omisión.
Mientras tanto, la muerte del suboficial sigue generando reacciones en la opinión pública y dentro de la propia PNP.



