Una noche cargada de emociones, recuerdos y verdades que han permanecido en silencio durante años. Así fue el regreso de Pablo Villanueva, más conocido como Melcochita, a los sets de televisión en una nueva edición de El valor de la verdad, este domingo 3 de agosto.
El querido comediante y sonero, con más de ocho décadas encima y una vida repleta de anécdotas, revivió algunos de los momentos más significativos —y dolorosos— de su carrera en el entretenimiento peruano.
Desde su inseparable sonrisa hasta su habilidad para el doble sentido, Melcochita ha sido parte fundamental del humor criollo. En una de las preguntas que recibió, se le consultó si la broma a Susy Díaz fue la mejor que hizo en televisión.

La pregunta fue directa: “¿Fue la broma a Susy Díaz la mejor que hiciste en televisión?” Con su estilo irónico y despreocupado, Melcochita respondió con un contundente “Verdad”, y de inmediato abrió la puerta a una anécdota que, si bien arrancó carcajadas en su momento, terminó siendo más profunda de lo que aparentaba.
Recordando aquel sketch en el que ambos compartieron escenario, Melcochita explicó cómo improvisó un comentario que, aunque pensado como humor inocente, afectó emocionalmente a Susy.
“Yo hago una pausa y digo: ‘el mismo payaso que te pintó la boca’... ¡Y la gente se mató de risa!”, comentó entre risas. Pero de inmediato, reconoció que aquella frase, que parecía inofensiva, tuvo consecuencias inesperadas.

Recordó que fue ella quien inició la dinámica humorística en ese momento, pero también sintió que la actriz cómica intentó dejarlo en ridículo. “Claro, porque Susy siempre quiere ganar en todo”, dijo, “Igual me vacilaba”, recordó entre risas.
Con respecto a su famosa interacción con Díaz, relató entre carcajadas el momento en el que recibió un pan en plena escena. Sin pensarlo, reaccionó con un movimiento rápido que generó una risa generalizada.
“Ella se rió, pero fue una risa fingida, porque ya estaba hecha. Se notaba. Pero si ahora la agarro, ya no sabe qué hacer”, confesó con picardía, dejando entrever que aún conserva ese espíritu agudo y burlón que lo caracteriza.

Sin embargo, el comediante también dejó espacio para la reflexión. “Yo no me burlo de nadie que no me quiera vacilar primero. Yo espero. Pero si una dama me comienza a vacilar, entonces ahí sí respondo. Con respeto, pero respondo”, afirmó. En esa misma línea, dijo.

El artista también compartió cuál fue una de las entrevistas más difíciles que ha enfrentado. Si bien no especificó un nombre, lo hizo evidente con el tono serio y pausado en el que respondió. “La más difícil fue cuando sentí que el entrevistador ya no quería conocerme, sino hundirme. Ahí ya no hay gracia, no hay vacilón. Uno también es humano”, afirmó con sinceridad.
En otro momento de la entrevista, volvió a recordar el episodio que vivió cuando intentó postular al Congreso junto al fallecido cantante Tongo. Sin intención de burlarse, dijo con naturalidad que ambos obtuvieron apenas “dos votos para cada uno”, lo que provocó carcajadas en el set. “Fue una experiencia más que nada por probar. Nunca más, ya no”, sentenció, descartando volver a intentar una aventura política.
Melcochita también se refirió a su infancia y juventud, momentos marcados por la escasez, pero también por la música. Confesó que desde muy joven se aferró al humor como una manera de sobrevivir. “Yo he dormido en el suelo, he comido lo que había. Y siempre con una sonrisa. Porque si no ríes, te mueres por dentro”, mencionó.




