
La Sociedad Peruana de Cirugía Plástica emitió una alerta urgente tras la reciente decisión de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil (Anvisa), que suspendió la comercialización y uso de implantes mamarios y glúteos fabricados por la empresa china Shanghai Dong Yue Medical Health Product Co. Ltd, conocidos en el Perú bajo la marca ISD. Esta alerta busca que las autoridades peruanas, especialmente la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid), tomen acciones inmediatas para retirar estos productos del mercado.
La decisión brasileña se tomó luego de una inspección in situ a la planta de producción ubicada en Shanghái, donde se detectaron 47 irregularidades graves, clasificadas por Anvisa como de riesgo mayor y crítico. Entre las observaciones se incluyen fallas en los controles de calidad, ausencia de respaldo científico adecuado y procedimientos de fabricación inseguros.
Comercialización en Perú desde hace 15 años
Según indicó la Sociedad Peruana de Cirugía Plástica, la empresa china ha estado comercializando implantes en el Perú durante aproximadamente 15 años, pese a que existen serias dudas sobre la calidad de sus productos. La organización médica enfatizó que estos dispositivos médicos carecen de respaldo científico confiable y que ya se habían presentado denuncias en su contra sin que se tomen medidas concretas.
Un portavoz de la Sociedad explicó que la alerta surge como una respuesta responsable ante una amenaza sanitaria real: “Estamos ante una situación donde el riesgo para la salud de los pacientes es alto. Estos implantes están siendo usados actualmente en procedimientos quirúrgicos, pese a los serios cuestionamientos sobre su seguridad”.

Registro sanitario y falta de control en el país
En el Perú, toda fábrica o proveedor de dispositivos médicos debe contar con un registro sanitario aprobado por Digemid, que incluye estudios científicos rigurosos, análisis de calidad y certificaciones técnicas. Este registro tiene una validez de cinco años y debe renovarse periódicamente. Sin embargo, las autoridades no han confirmado públicamente si la marca ISD mantiene su registro activo o si este ha sido verificado en los últimos años.
La Sociedad advirtió además sobre una práctica preocupante: profesionales de la salud estarían utilizando estos implantes de baja calidad por motivos económicos o por conflictos de interés. “Muchos médicos no informan a sus pacientes que están utilizando productos de origen dudoso y mucho más baratos que las marcas certificadas. El paciente queda así desprotegido”, señaló la entidad.
Exigen acción inmediata de Digemid
Ante la gravedad del caso, la Sociedad Peruana de Cirugía Plástica exige a Digemid que suspenda el registro sanitario de los implantes ISD, prohíba su comercialización en todo el territorio nacional y emita una advertencia pública para prevenir a los pacientes y profesionales de salud.
La alerta subraya que la decisión de Anvisa fue publicada oficialmente en medios brasileños y que Perú no puede permanecer indiferente. “Digemid debe actuar de inmediato. No podemos esperar a que haya víctimas para reaccionar. La salud de miles de personas está en juego”, enfatizó el portavoz.

Asimismo, pidieron al Ministerio de Salud que refuerce sus mecanismos de vigilancia, fiscalice a los proveedores de implantes y garantice que los pacientes reciban información veraz y suficiente sobre los materiales que se usan en sus cirugías estéticas o reconstructivas.
Llamado a la conciencia médica y a los pacientes
La Sociedad Peruana de Cirugía Plástica hizo un llamado directo a la comunidad médica: actuar con ética profesional y responsabilidad, y abstenerse de usar productos no certificados o de dudosa procedencia. También instó a los pacientes a exigir información clara sobre los implantes que se les colocarán y a verificar que el cirujano y la clínica estén debidamente acreditados.
En un país donde los procedimientos estéticos han aumentado significativamente en los últimos años, la entidad subraya que la regulación y supervisión del uso de dispositivos médicos debe ser estricta y continua.
“El riesgo no es estético, es de salud. Implantes defectuosos pueden causar infecciones graves, deformaciones, pérdida de tejido e incluso la muerte. La prevención y la transparencia deben ser prioridad”, concluyó la Sociedad.



