
Un tsunami procedente del Pacífico podría desencadenar efectos devastadores en la franja costera peruana. El Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (Ingemmet) ya identificó varias amenazas que impactarían de manera directa vastas áreas urbanas, infraestructuras clave y corredores naturales desde Tumbes hasta Lima.
Los peligros geológicos identidicados por la institución tomaron fuerza, tras activarse la alerta de tsunami por el fuerte terremoto en la península de Kamchatka, Rusia, que generó preocupación sobre el posible alcance de las olas en territorio peruano.
Inundación costera
La principal amenaza de un tsunami para el litoral peruano es la inundación costera. El ingreso repentino de grandes volúmenes de agua puede superar defensas naturales y artificiales, dejando bajo agua viviendas, calles, avenidas principales y servicios esenciales en las zonas más bajas.

El impacto alcanzaría no solo a asentamientos humanos, sino también a puntos estratégicos como plantas de tratamiento de agua y energía, hospitales y colegios situados cerca del mar.
Además, los especialistas destacan que la vulnerabilidad es mayor en localidades que carecen de barreras naturales o estructuras antisísmicas. La destrucción podría extenderse incluso tierra adentro, arrastrando vehículos y contaminando fuentes de agua dulce tras la intrusión marina.
Erosión del litoral
Aparte de los daños visibles, los tsunamis generan un segundo peligro: la erosión del litoral. El avance violento de las olas tiene la capacidad de remover la arena, desplazar rocas y socavar cimientos de edificaciones ubicadas cerca de la línea costera. La pérdida acelerada de arena y sedimentos debilita los bordes de las playas y acantilados, favoreciendo colapsos y cambios drásticos en el paisaje litoral.

Esta erosión afecta la estabilidad de carreteras costeras, malecones y edificaciones turísticas. Los procesos erosivos complican, además, la reconstrucción a largo plazo y pueden dejar a las comunidades aún más expuestas ante próximos eventos de origen marino.
Colapso de taludes y acantilados
El tercer peligro está relacionado con el colapso de taludes y acantilados, sobre todo en áreas como la Costa Verde de Lima. El golpe de las olas contra las bases de los acantilados puede desestabilizar los suelos, provocando deslizamientos y derrumbes de proporciones variables.
No solo representa una amenaza directa a viviendas y personas, también compromete la seguridad de vías principales y puentes que conectan distintos sectores de la capital.

Los funcionarios del Ingemmet sostienen que la magnitud del desprendimiento dependería de la altura de las olas y de la resistencia del material geológico. La supervisión permanente resulta crucial para anticipar posibles movimientos de tierra y advertir a la población a tiempo.
Recomendaciones y protocolos
Tras la reciente alerta, las autoridades peruanas han intensificado sus medidas de prevención y respuesta en las zonas más vulnerables. El Centro Nacional de Alerta de Tsunamis y la Dirección de Hidrografía y Navegación monitorean permanentemente la situación, mientras los municipios costeros actualizan rutas de evacuación y pruebas de alarma.
La primera indicación es dar prioridad a la información oficial difundida por la Marina de Guerra y el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci). Ignorar estos avisos incrementa los riesgos, mientras que trasladarse hacia las partes altas de manera ordenada se convierte en la principal medida de autoprotección.

Lo que la población debe evitar
Frente al inminente peligro de un tsunami, las autoridades son claras en sus advertencias sobre los comportamientos prohibidos para salvaguardar vidas:
- No dirigirse al litoral para observar las olas ni permanecer cerca de playas, riberas o quebradas por la posible llegada repentina del agua.
- Abstenerse de usar vehículos en carreteras costeras salvo evacuación obligatoria, para evitar congestión y facilitar el paso de equipos de emergencia.
- No dudar en abandonar viviendas si se recibe la orden de evacuar, sin intentar rescatar objetos de valor en ese momento.
- Mantenerse alejado de equipos eléctricos y fuentes de gas durante la emergencia.
- No circular ni compartir rumores o información no confirmada por canales oficiales, ya que esto puede desinformar y generar pánico innecesario.
- No dejar para último minuto la preparación de un botiquín y suministros básicos, anticipando cortes de energía o falta de servicios en las horas posteriores al evento principal.