A pocas horas de dar inicio a la Gran Parada Militar 2025, la Policía Canina prepara su participación con gran expectativa, especialmente entre las familias y el público infantil que acude en busca de un espectáculo diferente. Esta brigada especializada aprovecha las Fiestas Patrias no solo para fortalecer su presencia institucional, sino también para acercarse a la comunidad mediante demostraciones lúdicas y educativas sobre sus capacidades y adiestramiento.
La Unidad de Policía Canina cuenta con una diversidad de ejemplares preparados en distintas especialidades, entre ellas búsqueda y rescate de personas, localización de restos humanos, detección de sustancias narcóticas y explosivos, control del orden público y exhibición. De esta manera, los más pequeños se muestran cautivados por las destrezas de los canes y la interacción con sus cuidadores.

Beto, un golden retriever de siete años de edad, suele abrir la jornada “pidiendo la dirección y conducción” para el trabajo que desarrollarán ese día. Su presencia serena y disciplinada marca el tono de la presentación, demostrando el nivel de adiestramiento que alcanza la brigada.

La exhibición no se detiene ahí. Machín, un poodle de cinco años, se desliza sobre un scooter, demostrando que los ejercicios de destreza. A continuación, ocupa el escenario Slinky, conocido por su agilidad sobre el skate, a lo largo de la exhibición pone a prueba sus habilidades de coordinación y equilibrio.
Entre los integrantes de esta brigada destacan otros ejemplares como Thiago, también de cinco años, reconocido por sus saltos y su notable coordinación junto a su entrenador. Dory, una schnauzer mediana de cuatro años, realiza saltos por la bandera y participa en ejercicios que demandan gran esfuerzo físico.

El equipo de la Policía Canina se complementa con Casi, hermano de Thiago, otro poodle de cinco años. Casi realiza paseos con gracia, acompañando a su cuidador y mostrando habilidades que requieren obediencia y condición física. El cierre de la actividad involucra a Checho, conocido como “el perrito pelotero”, que intenta demostrar su desempeño futbolístico.

Asimismo, el comandante explica que para alcanzar este nivel, los canes atraviesan cursos de adiestramiento que varían entre seis y quince semanas, dependiendo de su especialidad y potencial individual. Todo este proceso es supervisado por técnicos encargados, quienes se aseguran de que cada perrito partícipe en los ejercicios de acuerdo con sus capacidades.
¿Qué sucede con los canes de la Policía tras jubilarse?
Cuando los perros de la Policía Canina alcanzan una edad avanzada y concluyen su labor en la institución, pasan a la situación de retiro tras haber cumplido con su misión de servicio. El vocero de la PNP explicó que estos ejemplares no reciben una “pensión” como ocurre con los humanos; en su caso, se procura garantizarles una vida tranquila y segura una vez jubilados.

La primera opción para adoptar al can en retiro corresponde siempre a la persona que originalmente donó el animal a la unidad policial. Si el donante no puede o no desea asumir nuevamente el cuidado del perro, la responsabilidad recae en el guía con quien el animal trabajó a lo largo de su servicio, atendiendo al vínculo que se genera durante años de entrenamiento y labores cotidianas.
En caso de que ni el donante ni el guía estén en condiciones de hacerse cargo, la Policía abre la opción de adopción pública. El proceso busca asegurar que cada ejemplar retirado acceda a un hogar adecuado y mantenga la calidad de vida necesaria para su bienestar en esta nueva etapa.


